ITALIA 90

El privilegiado trío del Inter

Matthäus, Brehme y Klinsmann gozan del apoyo del público de San Siro

S. S. Tres futbolistas alemanes demostraron el domingo en San Siro que en ningún lugar se vive como en casa, aunque ellos se encuentren en condición de alquilados. Matthäus, Brehme y Klinsmann, los tres astros del Inter protagonizaron la noche en el estadio milanés frente a Yugoslavia. Matthäus marcó dos goles, Klinsmann añadió otro espléndido y Brehme participó casi definitivamente en el cuarto: su balonazo dobló las manos de Ivkovic y fue empujado sobre la línea por otro emigrado en Italia, Völler.

La conjunción goleadora de los tres ha entusiasmado incluso a los periodistas italianos...

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S. S. Tres futbolistas alemanes demostraron el domingo en San Siro que en ningún lugar se vive como en casa, aunque ellos se encuentren en condición de alquilados. Matthäus, Brehme y Klinsmann, los tres astros del Inter protagonizaron la noche en el estadio milanés frente a Yugoslavia. Matthäus marcó dos goles, Klinsmann añadió otro espléndido y Brehme participó casi definitivamente en el cuarto: su balonazo dobló las manos de Ivkovic y fue empujado sobre la línea por otro emigrado en Italia, Völler.

La conjunción goleadora de los tres ha entusiasmado incluso a los periodistas italianos, siempre dispuestos a tomar como propio cualquier préstamo a un equipo local. La mayoría de los diarios atribuyen a Brehme el cuarto tanto, una mentira piadosa para justificar un dato histórico: con el Inter, nunca habían marcado todos en el mismo encuentro.

Siete de los internacionales de Beckenbauer jugarán la próxima temporada en Italia. Seis fueron titulares: los tres del Inter, Berthold y Völler (Roma) y Hässler (Juventus). En el banquillo se sentó Riedler (Lazio). Otros dos, Reuter (Bayern Múnich) y Möller (Borussia Dortmund) figuran entre los preferidos de los clubes transalpinos. Esta conexión parece mezclar la eficacia en el juego con cierto cariño de los aficionados.

La profusión de emigrantes no impide que los papeles estén bien distribuidos. Matthäus y Brehme son los almirantes, condición que Hässler no puede tomar todavía porque ni en Colonia ejercía esa misión, destinada a Littbarski. Brehme y Matthäus representan la esencia del fútbol alemán. Bien dotados técnicamente, su poder llega, sin embargo, por la fortaleza integral de su juego y su carácter. Matthäus y Brehme son de los que toman los encuentros al asalta.

Rentabilidad

Su rentabilidad y consistencia está acreditada. Matthäus, que en sus tiempos más jóvenes se ganó fama de conflictivo y amigo de la botella, participó unos pocos minutos en la Eurocopa 80, a sus 19 años. Desde entonces su importancia en la selección y el Bayern se hizo cada vez más notoria. En el Bayern coincidió brevemente. con Brehme y formaron su espinazo. Así, el Inter les contrató como la copia de hierro del clan holandés del Milan. A la primera de cambio, ganaron el scudetto.

Klinsmann, introvertido y ecologista, es el tercero del grupo. Su talento radica en una especial habilidad para forzar las grietas en la defensa y en un juego aéreo perfeccionado. Con el balón no se complica. En la carrera saca partido de su potencia para intentar el desborde largo y el disparo o el centro.

De esta sociedad forjada en el fútbol alemán, pero traspasada al italiano, depende en buena medida la suerte de la República Federal de Alemania. En su primer encuentro funcionaron como la seda, demasiado bien según aquellos que recurren a la memoria histórica. La Copa del Mundo dice que los equipos que comienzan a lo grande terminan caídos en cualquier partido de medio pelo.

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