ITALIA 90

El Loco o La Rana

El portero colombiano promete ser una sensación

Entre El Loco y La Rana andan los apodos de René Higuita, el portero más heterodoxo del mundo. Higuita guarda la portería de la selección colombiana, si se acepta como proteger la portería salir 20 metros fuera del área, echarse un par de regates, pasar con excelentes maneras la pelota y tirar los penaltis cuando hace falta. Todo eso hace Higuita durante un partido en un campo de fútbol.

El rol de loco entre los porteros viene de lejos, y contrariamente a lo que se piense esta consideración no obedece al carácter más o menos atrabiliario de los arqueros, aunque es cierto que esta raza h...

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Entre El Loco y La Rana andan los apodos de René Higuita, el portero más heterodoxo del mundo. Higuita guarda la portería de la selección colombiana, si se acepta como proteger la portería salir 20 metros fuera del área, echarse un par de regates, pasar con excelentes maneras la pelota y tirar los penaltis cuando hace falta. Todo eso hace Higuita durante un partido en un campo de fútbol.

El rol de loco entre los porteros viene de lejos, y contrariamente a lo que se piense esta consideración no obedece al carácter más o menos atrabiliario de los arqueros, aunque es cierto que esta raza ha producido unos cuantos ejemplos de desmesura. La locura de los porteros se remonta a los tiempos en los que el reglamento permitía su carga y derribo por parte de los delanteros. Jugar de portero requería valor y un considerable desprecio por la dentadura. El caso de Higuita es el contrario. Higuita busca al delantero y si hay que hacerle un caño se le hace y ya está. En esto consiste su locura.Higuita está, sin embargo lleno de cordura. Pese a todas sus correrías por lugares imposibles para un portero, Higuita es un cancerbero formidable. "Juego como me dicta el instinto", dice Higuita, que reconoce un cierto pasado conflictivo con la Prensa colombiana.

Los periodistas se encontraron con los inventos de Higuita y no supieron reaccionar. Ahora, Higuita no tiene problema alguno. Es la estrella del equipo, junto a Valderrama, esa especie de bobtail rubio que lleva la manija de Colombia en la cancha. El entrenador, Pacho Maturana, siempre se ha mostrado comprensivo con su portero, quiza por que Maturana es uno de los entrenadores más sensatos del fútbol mundial.

De ninguna manera cree que su juego genere demasiado riesgo. No teme los balones elevados porque confía en su instinto y sabe regresar a la portería antes que cualquier adversario se atreva con una parábola de 40 metros. Higuita no teme los tiros por elevación porque aprendió a vivir con un cuerpo poco dotado en principio para la portería. No llega al 1,75 de estatura y su figura parece más arrapachada bajo esa cascada de rizos negrísimos que le dan el porte de un indio. Sin embargo, su agilidad comienza a ser legendaria, tanto como su osadía.

El Loco o El Rana tampoco se deja intimidar por la presión y el fútbol colombiano produce tensiones diarias. Entre los jugadores colombianos Higuita figura como el hombre a respetar. Sus ideas son igual de claras en el césped y en la calle y dice que es feliz en Colombia.

No se le escapa nada, aunque algunos le llamen el Loco por escaparse de la cárcel del área y darse gusto al cuerpo con un par de regates.

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