La CE renuncia a proteger del racismo a los inmigrantes

Los ciudadanos de países terceros residentes en la Comunidad Europea quedaron ayer excluidos de una polémica resolución adoptada por los ministros de Trabajo y Asuntos Sociales contra el racismo y la xenofobia. La resolución entra en contradicción con el deseo de la Comisión Europea de incluir una referencia explícita a "los nacionales de países terceros".

España, a través del nuevo titular de Trabajo, Luis Martínez Noval, votó a favor de la resolución en su deseo de "apoyar el único acuerdo posible", pero dejó constancia de su deseo de que las leyes que cada país adopte al respecto pro...

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Los ciudadanos de países terceros residentes en la Comunidad Europea quedaron ayer excluidos de una polémica resolución adoptada por los ministros de Trabajo y Asuntos Sociales contra el racismo y la xenofobia. La resolución entra en contradicción con el deseo de la Comisión Europea de incluir una referencia explícita a "los nacionales de países terceros".

España, a través del nuevo titular de Trabajo, Luis Martínez Noval, votó a favor de la resolución en su deseo de "apoyar el único acuerdo posible", pero dejó constancia de su deseo de que las leyes que cada país adopte al respecto protejan por igual a todos los emigrantes, sea cual sea su origen". La Comunidad Europea defiende "una política de inmigración lenta" y la postura española, según un reciente informe de la propia comisión, no hace sino adaptarse a "la política de inmigración predominante en Europa, que tiende a aplicar medidas más rígidas a los no comunitarios, a la vez que se extiende la libertad de movimientos dentro de la CE".La resolución aprobada ayer en Bruselas reaviva las tensiones entre el Consejo de Ministros y la Comisión Europea. La comisaria encargada de la política social, la griega Vasso Papandreu, explicó su rechazo debido a que "limita su campo de actuación exclusivamente a los nacionales de lo países comunitarios y, en consecuencia, elude la dimensión principal del problema". La postura más intransigente fue enarbolada por el Reino Unido, si bien el análisis de lo sucedido parece apuntar a los intereses del Gobierno conservador de la República Federal de Alemania par no dar argumentos a la extrema derecha con vistas a las elecciones generales de diciembre.

Trece millones de extranjeros residen actualmente en la Comunidad Europea, de los cuales casi seis proceden de los continente africano y asiático.

El primer ministro francés, el socialista Michel Rocard, proclamó también ayer que su Gobierno considerará "inamistosa" la actitud de los países vecinos que sirvan de puente para la llegada de inmigrantes ilegales a Francia.

Páginas 6 y 7

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