Cartas al director

Multas exageradas

Recuerdo que no hace mucho se nos ponía la carne de gallina al saber que en Irán cortaban las manos por robar manzanas, lapidaban a los adúlteros o cortaban la lengua a los estafadores, etcétera...Pues bien, nuestros queridos representantes han optado por utilizar la misma táctica: aplicar un castigo desmesurado y rigurosísimo a una falta que puede ser calificada generalmente como leve. Porque no será nunca lo mismo penalizar una estafa de 100 millones que el robo de un guante, tampoco puede castigarse con 35.000 pesetas (un tercio de un sueldo normal) una simple infracción. ¿Quién puede pagar...

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Recuerdo que no hace mucho se nos ponía la carne de gallina al saber que en Irán cortaban las manos por robar manzanas, lapidaban a los adúlteros o cortaban la lengua a los estafadores, etcétera...Pues bien, nuestros queridos representantes han optado por utilizar la misma táctica: aplicar un castigo desmesurado y rigurosísimo a una falta que puede ser calificada generalmente como leve. Porque no será nunca lo mismo penalizar una estafa de 100 millones que el robo de un guante, tampoco puede castigarse con 35.000 pesetas (un tercio de un sueldo normal) una simple infracción. ¿Quién puede pagar esa exagerada multa?

¿Qué hará un padre de familia cuando, por el pago de una multa, no tenga dinero para acabar el mes?

Para convertirnos en ejemplares ciudadanos podían ustedes dictar normas como:

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- Por no pagar la contribución: cinco meses de destierro en Toledo.

- Por no estar censado: trabajos forzados hasta acabar la catedral de la Almudena.

- Por no llevar la documentación: corte del suministro de gas y escayolado de las piernas por tres meses.

No se excusen, señores políticos, en el apoyo de mayorías democráticas, porque nadie podía imaginarse que todavía quedaran gobernantes capaces de amedrentar y abusar de sus ciudadanos como ustedes quieren hacer.

Ajenos a la realidad y rendidos ante su inutilidad, para solucionar el problema del tráfico se ceban con nosotros, no sólo para eludir la búsqueda de soluciones lógicas y prácticas, sino para llenar aún más las arcas municipales.

Con ese dinero podrían construir patíbulos de caoba para aquellos que arrojen papeles al suelo-

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