Un 'golpe' esperado

"La alarma del Banco Hispano Americano no sonó", aseguraron ayer fuentes policiales. Éstas, en cambio, reconocieron que el dispositivo de esta misma oficina "funcionó en dos ocasiones durante el pasado día 30 de abril".

Los mismos medios informantes comentaron que la policía temía que los delincuentes especializados en butrones realizaran un golpe de estas características aprovechando el largo puente del 1 y 2 de mayo. Para prevenir esta posibilidad, la Jefatura Superior de Policía alertó al Consorcio Interbancario y le pidió que las entidades bancarias montaran su propio sis...

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"La alarma del Banco Hispano Americano no sonó", aseguraron ayer fuentes policiales. Éstas, en cambio, reconocieron que el dispositivo de esta misma oficina "funcionó en dos ocasiones durante el pasado día 30 de abril".

Los mismos medios informantes comentaron que la policía temía que los delincuentes especializados en butrones realizaran un golpe de estas características aprovechando el largo puente del 1 y 2 de mayo. Para prevenir esta posibilidad, la Jefatura Superior de Policía alertó al Consorcio Interbancario y le pidió que las entidades bancarias montaran su propio sistema de seguridad.

El máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía, Manuel García Linarejos, llegó a ordenar que, en caso de sonar una alarma, la dotación que acudiera al lugar del suceso permaneciese allí hasta que llegase algún responsable de la entidad y se revisasen todas las instalaciones.

Más información

En diciembre de 1985, unos delincuentes aprovecharon un fin de semana para robar el Banco de Santander de la plaza de Cascorro. Once meses después, unos cacos penetraron en la cámara acorazada de la misma entidad a través de las alcantarillas y desvalijaron 80 cajas de seguridad cuyo contenido fue valorado en 1.000 millones.

En mayo de 1989, unos atracadores aprovecharon el puente de San Isidro para entrar en la sucursal del Banco Central en la calle de la Isla de Java, en el barrio de Fuencarral, y reventaron 86 de las 99 cajas de seguridad privada, de las que 44 estaban llenas de joyas, lingotes de oro y dinero. A pesar de que no todos los propietarlos denunciaron el robo se calculó que el botín superaba los 1.000 millones.

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El último robo por el sistema del butrón fue el perpetrado durante el puente de Semana Santa, en abril de este año cuando un número indeterminado de atracadores limpiaron la cámara acorazada de la sucursal del Banco Herrero en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, calculándose que el botín conseguido al reventar 120 cajas privadas de seguridad asciende a 2.000 millones de pesetas.

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