Industria, la Generalitat y La Caixa negocian dos alternativas al acuerdo Repsol-Catalana

El Ministerio de Industria, la Generalitat y La Caixa están negociando dos alternativas que permitan crear una gran empresa distribuidora del gas en España, pero que al mismo tiempo no vacíe de contenido el proyecto de fusión entre Catalana de Gas y Aguas. de Barcelona. Esta negociación obedece a que tanto el Gobierno catalán como La Caixa recibieron con reticencias el proyecto de que la futura gran empresa gasista se formara al 50% entre Repsol y Catalana.

Dicho acuerdo ponía en entreticho la viabilidad del proyecto Aguas-Catalana, al vaciar a ésta de sus activos gasistas, los principa...

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El Ministerio de Industria, la Generalitat y La Caixa están negociando dos alternativas que permitan crear una gran empresa distribuidora del gas en España, pero que al mismo tiempo no vacíe de contenido el proyecto de fusión entre Catalana de Gas y Aguas. de Barcelona. Esta negociación obedece a que tanto el Gobierno catalán como La Caixa recibieron con reticencias el proyecto de que la futura gran empresa gasista se formara al 50% entre Repsol y Catalana.

Dicho acuerdo ponía en entreticho la viabilidad del proyecto Aguas-Catalana, al vaciar a ésta de sus activos gasistas, los principales. Paralalemente, el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, ha dejado patente la importancia que el Gobierno concede a la creación de la sociedad distribuidora del gas.En este contexto, todas las partes implicadas (Industria-Repsol, La Caixa-Catalana-Aguas y la Generalitat) están negociando dos posibles alternativas que permitan conjugar todos los intereses en juego: el nacimiento de la gran empresa del gas y la gestación de una gran empresa catalana de servicios a partir de la fusión entre Aguas y Catalana.

Aranzadi propuso a Josep Vilarasau, director general de La Caixa, la creación de un holding al 50% entre Repsol y La Caixa, que actuaría como la gran sociedad distribuidora, con participaciones de control en las principales sociedades distribuidoras españolas (a excepción de Gas Euskadi), a saber: Catalana de Gas, Gas Andalucía, Gas Madrid, etcétera. Esta alternativa permite conjugar los intereses del Gobierno y le la Generalitat, pero ha sido recibida con reticencias por La Caixa. La entidad de ahorro ha aducido su limitada experiencia en la gestión de gas y energía, y ha propuesto una segunda vía. En cualquier caso, La Caixa, está actuando con gran discreción ante una u otra alternativa, puesto que tiene pendiente ante la Generalitat y el Gobierno la aprobación de su propia fusión con Caixa de Barcelona.

Esta segunda alternativa consiste en la creación de un holding entre Repsol y la entidad resultante de la fusión Aguas-Catalana. Este proyecto establecería un reparto territorial del mapa gasístico español: Catalana-Aguas explotaría el área de Barcelona y su entorno metropolitano y Repsol acapararía el resto del territorio. La Generalitat -que se inclina por un acuerdo entre Repsol y La Caixa- no se opondría con firmeza a esta vía porque, aunque significa la "pérdida de catalanidad" en la gestión del gas en gran parte de la comunidad autónoma, permitiría la creación de la gran companía de servicios resultante de la fusión entre Aguas y Catalana, lo que el Gobierno Pujol ve con muy buenos ojos.

En las negociaciones en curso se están perfilando detalles fundamentales sobre este proyecto, en el que en principio Repsol tendría la mayoria accionarial del holding y que abre la posibilidad de un intercambio de acciones entre la petrolera -sernipública y la futura empresa de servicios. Al mismo tiempo, Repsol daría a La Caixa el trato de segundo banco del gigante petroquímico.

El principio de acuerdo alcanzado (ver EL PAÍS de 31 de marzo) entre Óscar Fanjul (presidente del INH y de Repsol) y Pere Grau (presidente de Catalana de Gas) ha topado con dos escollos: la oposición de la Generalitat en un momento de acercamiento con el Goierno central; y el dominio de La Caixa en el seno de la firma gasista catalana.

Las participaciones

La Caixa controla el 24% de Catalana, paquete al que hay que sumar el 10% de Caixa de Barcelona (su futuro socio en la supercaixa) y el 7,5% en poder de Aguas de Barcelona. Aguas de Barcelona se convierte en un elemento clave para permitir el acuerdo entre Repsol y Catalana. La Caixa, Caixa de Barcelona y Aguas dominan, pues, el 41,5% de Catalana, paquete que se eleva hasta un 52,5% con la participación de Repsol.

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