La viuda del 'silencioso' Charles Wilson asegura que su marido no era traficante de drogas

Norman Radford, primo de Charles F. Wilson, asaltante del tren de Glasgow, muerto a tiros el pasado lunes en Marbella (Málaga), vio casualmente al asesino horas antes del crimen. La viuda, Patricia Wilson, desvinculó a su marido de cualquier asunto de drogas y negó que le mataran por un ajuste de cuentas. la policía británica remitió ayer un primer informe sobre Wilson para que los investigadores españoles estudien el perfil de la víctima y los posibles móviles.

Radford aseguró que él y varios amigos, a quienes trasladaba al aeropuerto, observaron casualmente cinco horas antes del crime...

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Norman Radford, primo de Charles F. Wilson, asaltante del tren de Glasgow, muerto a tiros el pasado lunes en Marbella (Málaga), vio casualmente al asesino horas antes del crimen. La viuda, Patricia Wilson, desvinculó a su marido de cualquier asunto de drogas y negó que le mataran por un ajuste de cuentas. la policía británica remitió ayer un primer informe sobre Wilson para que los investigadores españoles estudien el perfil de la víctima y los posibles móviles.

Radford aseguró que él y varios amigos, a quienes trasladaba al aeropuerto, observaron casualmente cinco horas antes del crimen, al asesino. Al llegar al cruce de la carretera de la urbanización se fijaron en un joven que responde a la descripción facilitada: alto, de unos 25 años, con chándal y gorro ajustado de color gris, y con una bicicleta amarilla. Estaba echado sobre el césped. Uno de los ocupantes del vehículo efectuó un comentario sobre que se había caído de la bicicleta, y varios lo miraron. En realidad, parece que vigilaba la casa para cerciorarse de que el matrimonio quedaba solo en la vivienda, ya que durante todo el día no dejó de acudir gente a la misma, ya que celebraban su 35º aniversario de boda.

Aniversario de boda

La viuda de Wilson, Patricia Jean, relató ayer los hechos. El joven llamó a la puerta y fue ella quien le franqueó el paso, porque su marido estaba preparando una ensalada en la cocina, ya que pensaban mantener una cena íntima para celebrar su aniversario. El joven pasó al patio de la casa, junto a la piscina, señalando que quería hablar con su marido.

Wilson llegó a invitar a su asesino a que introdujera la bicicleta dentro de la casa, no fuera que se la robaran, a lo que éste, con gran sangre fría, accedió. La mujer relata que ambos charlaron y que ella se fue al otro lado de la casa. Minutos después, según su testimonio, escuchó al perro ladrar y posteriormente oyó dos disparos, por lo que salió al jardín. Encontró a su marido postrado, con. los impactos de bala en la cabeza y, traumatizada, no observó la huida del joven, pues sólo se preocupó de atender a su marido.

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Patricia señaló que es probable que el perro atacara al asesino y que le mordiera. Aseguró que su marido estaba jubilado, enfermo de un pulmón, que no tenía negocios en la costa del Sol y que no albergaba ninguna sospecha de por qué lo habían matado. Insistió con vehemencia en que "no tenía nada que ver con las drogas, ni con nada que se le parezca".

Diversas fuentes consultadas confirman que Wilson murió de un disparo en la cabeza, aunque también recibió golpes. La autopsia revela que el cadáver tenía la nariz rota y contusiones en los genitales, por lo que se cree que antes de disparar, el asesino propinó a Wilson un fuerte puñetazo en la cara y un rodillazo en la entrepierna que le hizo caer, y en el suelo fue rematado. Fuentes conocedoras de la investigación han informado que se ha recibido ya, vía Interpol, un primer informe de la policía británica sobre Wilson. No se descarta, que se pidan más datos a Scotland Yard, ya que se considera clave investigar posibles móviles referidos a su pasado delictivo en territorio británico. Este primer informe se limita a señalar que el fallecido había cumplido su condena y no tenía ninguna cuenta pendiente con las autoridades británicas.

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