107.7 FM. Aquí Radio Vallekas

Prefieren el calificativo de radio comunitaria a radio libre por su afán de servicio a los vecinos de Vallecas. Se autodenominan "Ia radio más pobre del mundo" porque en cinco años de existencia no han conseguido más subvención que 300.000 pesetas, un piso y el teléfono. El pasado 22 de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid pareció comprender sus intenciones y declara esta radio de utilidad pública. Emiten cada día en el 107.7, en espera de la definitiva y próxima legalización.

No son más que 12 metros cuadrados, insonorizados con cartón de huevería coloreado, en la avenida de la Alb...

Prefieren el calificativo de radio comunitaria a radio libre por su afán de servicio a los vecinos de Vallecas. Se autodenominan "Ia radio más pobre del mundo" porque en cinco años de existencia no han conseguido más subvención que 300.000 pesetas, un piso y el teléfono. El pasado 22 de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid pareció comprender sus intenciones y declara esta radio de utilidad pública. Emiten cada día en el 107.7, en espera de la definitiva y próxima legalización.

No son más que 12 metros cuadrados, insonorizados con cartón de huevería coloreado, en la avenida de la Albufera. Su antena destaca en el tejado de un precioso edificio que la leyenda atribuye a un alumno de Gaudí. Han padecido, como tantas otras emisoras, las estrecheces de funcionar por pura vocación con algún coche de policía en la puerta interfiriendo su señal, aunque la sangre nunca llegó más al río que unos meses de precinto.Sixto Rodríguez, camarero ocasional, no le pone buena cara a su presunto cargo de director. Sí ejerce, en cambio, como presidente de la asociación cultural, que además de hacer sonar la radio gusta de organizar festivales de teatro, música, fanzines... y hasta imprimir camisetas. "Nuestros estatutos se basan en la libertad individual y la cobertura de todo aquello que no tiene lugar en otras emisoras", cuenta Sixto. "No pensamos en la posibilidad de incluir publicidad. Somos un lugar de encuentro", ríe, "y a veces una pensión. ¡Cuatro meses se tiró viviendo aquí un amigo!".

Cantera

Quinientas pesetas, 250 para menores, es la cuota mensual para amantes de la radio que en esta modesta emisora aprenden a emitir y emiten. Su alcance herciano no está nada mal. Al Sur llegan hasta Leganés. Al Norte sufren la apabullante competencia de tener por vecino al pirulí y ser precisamente un valle. Mariano Sánchez, conductor de Iberia, es otro peculiar directivo de la emisora. "Tenemos licencia de radio experimental similar a Onda Verde, Radio Fuga de Aranjuez, Radio Morata, Onda Berlín de San Cristóbal de los Ángeles, Radio Actividad de Alcalá o Radio Fortaleza de Hortaleza. Damos cursos para el INAEM y de nuestro taller de radio sale la cantera. El récord en emisión está en un chaval que programó 12 horas de música sin repetir disco.A diario, los vallecanos presumen de su radio entre las seis de la tarde y la una de la madrugada. Los fines de semana saben cuándo comienzan, pero nunca cuando apagarán la luz. Sueñan con triunfar oyendo Camerinos, programa teatral; se desinhiben con El sexo tenía un precio, o confiesan perversiones en otro espacio, En privado. Solera tienen El goce pagano, salsa de importación a cargo de J. o El Javi no es violento, de Ramón Fernández Durán, ciento por ciento objetor.

Marta, Mónica y María, tres estudiantes de COU, son guionistas, técnicas de sonido y locutoras del programa La jungla (Kañera) cada jueves, de siete a ocho de la tarde. Proceden de uno de los cursillos impartidos en la emisora aunque no piensan estudiar periodismo. "Seremos filólogas", cuentan. "Semítica, alemana e inglesa. Ponemos a Queen, Bonjovi o Barricada. Todo el punk que podemos y muchas maquetas". Por allí han pasado, Poli Díaz, rapper Lorena (la nueva sexy-boom del distrito), los presidentes del Rayo y hasta Los Refrescos, éstos un poquito más del Norte.