La OMS, contraria a la implantación de la cartilla sanitaria para prostitutas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no es partidaria por ineficaz, de la implantación de la cartilla sanitaria para el control de las prostitutas, según declaró ayer a este periódico Manuel Carballo, investigador de programa global contra el SIDA de dicho organismo. El Colectivo de Apoyo Socio-Sanitario a la Mujer Prostituída (CASMP) de Madrid, integrada por sociólogos abogados y médicos que trabajan con estas mujeres, rechaza también la creación de esta tarjeta que es una de las reivindicaciones del recién nacido Colectivo de Mujeres Prostitutas de la Zona Centro de Madrid.La CASMP cons...

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) no es partidaria por ineficaz, de la implantación de la cartilla sanitaria para el control de las prostitutas, según declaró ayer a este periódico Manuel Carballo, investigador de programa global contra el SIDA de dicho organismo. El Colectivo de Apoyo Socio-Sanitario a la Mujer Prostituída (CASMP) de Madrid, integrada por sociólogos abogados y médicos que trabajan con estas mujeres, rechaza también la creación de esta tarjeta que es una de las reivindicaciones del recién nacido Colectivo de Mujeres Prostitutas de la Zona Centro de Madrid.La CASMP considera que "sólo una revisión médica realizada tras cada contacto con el cliente podría ofrecer la ilusión de un control efectivo de las enfermedades de transmisión sexual, posibilidad a todas luces inviable".

La posesión de la cartilla "ofrecería asimismo una falsa seguridad al cliente, lo cual contribuiría aún más a su resistencia a utilizar el preservativo, principal forma, científicamente demostrada, de prevenir las enfermedades de transmisión sexual". La cartilla supondría la pérdida de la confidencialidad preconizada por la OMS, e "implicaría el paso a una situación de clandestinidad e ilegalidad" de las prostitutas que no se sometiesen a los controles.

Esta opinión es compartida por Carballo, que considera a las prostitutas "un colectivo con muy poco poder, ya que si ellas piden practicar el sexo con preservativo, han de plegarse finalmente a la voluntad del cliente, si éste no desea usar el condón". Carballo recuerda que la tarjeta sanitaria se implantó en el Reino Unido tras la "Guerra Mundial, "y fue ineficaz económica y socialmente.

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