El aparato del PSOE advierte al Gobierno que escuchará críticas en el seno del partido

El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, advirtió ayer a los ministros del Gobierno que a partir de ahora "no se ofendan por las opiniones que exprese libremente cualquier militante en el debate que ha abierto el partido en torno al Programa 2000". Benegas respondía implícitamente al ministro de Economía, Carlos Solchaga, que había aconsejado a miembros de su partido que no expresaran opiniones sobre asuntos que no conocían, singularmente de economía. Carlos Solchaga aseguró ayer que no estaba "en ninguna batalla por el poder".

El titular de Educación, Javier Solana, expre...

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El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, advirtió ayer a los ministros del Gobierno que a partir de ahora "no se ofendan por las opiniones que exprese libremente cualquier militante en el debate que ha abierto el partido en torno al Programa 2000". Benegas respondía implícitamente al ministro de Economía, Carlos Solchaga, que había aconsejado a miembros de su partido que no expresaran opiniones sobre asuntos que no conocían, singularmente de economía. Carlos Solchaga aseguró ayer que no estaba "en ninguna batalla por el poder".

El titular de Educación, Javier Solana, expresó, por su parte, que "en el PSOE no hay familias ni hay barones" y negó la existencia de "tensiones" ante posibles remodelaciones del gabinete que preside Felipe González. Asimismo manifestó sus deseos de que no se abriera ninguna sucesión en el PSOE y que continuara a su frente y al del Gobierno Felipe González. El presidente del Ejecutivo comparecerá casi con toda probabilidad mañana, sábado, ante los medios de comunicación, según manifestaron ayer desde el Ministerio del Portavoz del Gobierno.Nadie en el PSOE quiere hablar abiertamente de la posible lucha por la sucesión de Felipe González o de la situación de Alfonso Guerra, pero si se aprovecha el debate sobre el manifiesto 2.000 para intercambiarse sutiles críticas entre partido y Gobierno. Ayer, el coordinador del Programa 2000, Manuel Escudero mostró su temor ante "posibles actitudes conservadoras" dentro del PSOE frente a la "renovación" que propuso a principios de esta semana en Barcelona.

Tres condiciones

Escudero defendió el "despegue" de una nueva etapa en el PSOE a través de la "renovación" y puso tres condiciones: Que se realice bajo el liderazgo de Felipe González y Alfonso Guerra; que se celebre en tomo a las ideas elaboradas por la comisión del Programa 2000, con un debate "serio" y que se lleve a cabo en "condiciones de gobierno". El coordinador del Programa 2000 pronosticó que este "nuevo ciclo" puede suponer "tensiones" entre los partidarios de la renovación y "una cierta actitud conservadora que pueda surgir en contra".

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Como ejemplos de esta actitud conservadora, Manuel Escudero citó varias posibilidades. Una de ellas, precisó: "Sería decir que los debates deben ser reducidos a debates entre expertos porque son los únicos que tienen información suficiente", en alusión a las declaraciones de Carlos Solchaga cuando señaló que "de asuntos económicos deben hablar los socialistas que entienden".

El coordinador del Programa 2000 dijo también que "esta actitud conservadora se podría caracterizar por decir que todo lo que se hace en el PSOE está bien al cien por cien y quien diga lo contrario realiza una torpeza".

Dirigentes del PSOE reconocieron ayer que en estos momentos se está discutiendo sobre el destino final de la ingente documentación de materias socio-econonómicas que se derivarán del Programa 2.000, aunque es más que probable que ese material se institucionalice y constituya el núcleo de las ponencias del próximo congreso federal y por tanto la doctrina oficial del PSOE.

El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, en declaraciones a EL PAÍS, criticó implícitamente la susceptibilidad de algunos ministros del Gobierno y en concreto de Carlos Solchaga. Benegas advirtió que habrá muchas opiniones al hilo sobre el manifiesto 2.000, pero precisó que no se trata de hablar de la gestión del Gobierno, sino "de la renovación del socialismo democrático para el futuro". Benegas señaló textualmente: "Ningún ministro puede sentirse ofendido por las opiniones que se expresen en un debate libremente abierto por el partido. En este debate tienen derecho a participar todos los militantes sin ningún temor a expresar sus opiniones".

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, se vió ayer impelido a participar en la polémica a requerimiento de los informadores, aunque mostró una actitud distante ante las críticas de sectores de su partido sobre que el Gobierno se ha dedicado a la macroeconomía descuidando la microeconomía. "Este debate no conduce a nada y son los que hablan de microeconomía quienes deben explicar qué quieren decir". En el orden político, Carlos Solchaga dijo: "No estoy en la lucha por el poder, sino en discutir una u otra estrategia, siempre he estado en el debate interno y no en la Prensa.

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