Tribuna:

Un mercado estrábico

Los profesionales de la inversión trabajan con un ojo en Tokio y otro en Nueva York. La bolsa madrileña, incómoda, recelosa, falta de estímulos, estrábica, respondió ayer tal y como se esperaba. La caída de más de 1.500 puntos en el mercado nipón en la madrugada del lunes, que eleva las pérdidas en Tokio desde el inicio del año a un 14,37%, se tradujo en recortes generalizados. El índice general, a la escasa media hora de iniciadas las operaciones, perdía cerca de cinco puntos.Afligidos por una posible sacudida de Wall Street, los operadores no hicieron nada por sacar al mercado de su tónica d...

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Los profesionales de la inversión trabajan con un ojo en Tokio y otro en Nueva York. La bolsa madrileña, incómoda, recelosa, falta de estímulos, estrábica, respondió ayer tal y como se esperaba. La caída de más de 1.500 puntos en el mercado nipón en la madrugada del lunes, que eleva las pérdidas en Tokio desde el inicio del año a un 14,37%, se tradujo en recortes generalizados. El índice general, a la escasa media hora de iniciadas las operaciones, perdía cerca de cinco puntos.Afligidos por una posible sacudida de Wall Street, los operadores no hicieron nada por sacar al mercado de su tónica de inactividad. El papel, abundante sólo en valores muy concretos, apareció en la cantidad suficiente como para castigar con dureza sectores como el constructor y el de alimentación.

Al final de la mañana, y a la espera del inicio de actividades en Wall Street, la caída del índice, superior a cinco puntos -un 2%-, pareció dar por perdido definitivamente el soporte del 270%. No obstante, la apertura al alza en Nueva York propició significativas recuperaciones por la tarde en los sectores constructor, alimentario y químico. La moderación de Wall Street -las pérdidas en las 15 últimas sesiones han sido del 1,7%- se ha convertido en el apoyo fundamental de la bolsa madrileña. Operaciones concretas como las 600.000 hidruñas adquiridas por Benito y Monjardín, o la aplicación sobre 300.000 acciones de Financiera y Minera efectuada por Dinver, fueron anécdotas en un mercado temeroso.

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