Tribuna:

Escasa capacidad de reacción

La reacción técnica de la víspera ha dado paso a una nueva serie de ventas que amenazan con hacer bueno el pronóstico del análisis gráfico, ya que nada parece poder detener el descenso del índice general. El soporte del 275 aparece en algunos momentos demasiado próximo y débil como para poder garantizar una efectividad mínima ante la corriente vendedora de estos días, cuya mayor presión continúa centrada en el sector bancario. En esta sesión, la falta de papel ha permitido a algunos valores industriales —en particular el grupo constructor— anotarse algunas mejoras, aunque nunca pas...

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La reacción técnica de la víspera ha dado paso a una nueva serie de ventas que amenazan con hacer bueno el pronóstico del análisis gráfico, ya que nada parece poder detener el descenso del índice general. El soporte del 275 aparece en algunos momentos demasiado próximo y débil como para poder garantizar una efectividad mínima ante la corriente vendedora de estos días, cuya mayor presión continúa centrada en el sector bancario. En esta sesión, la falta de papel ha permitido a algunos valores industriales —en particular el grupo constructor— anotarse algunas mejoras, aunque nunca pasaron de ser discretas. Como contraste están los recortes de los valores bancarios, otra vez elevados y lo suficientemente generalizados como para pensar que todavía pueden durar unas cuantas sesiones más.

El entorno tampoco ha aportado cambios sustanciales puesto que los mercados monetarios españoles continúan revueltos y las bolsas internacionales no consiguen superar su orientación descendiente. Tokio cerró con un nuevo recorte y Wall Street abrió su sesión con una baja de algo más de 14 puntos en su índice Dow Jones, lo que hizo que los valores del mercado continuo mantuvieran sus retrocesos.

El volumen negociado en esta sesión, aplicaciones aparte, ha descendido, tal y como corresponde a un mercado que sufre una fuerte baja y en el que sólo se puede operar al alza. Los inversores están, pues, atados de pies y manos y a la espera de lo que depare un destino incierto.

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