España quiere jugar en el grupo de Italia o Bélgica

La sexta selección cabeza de serie en la fase final del Campeonato del Mundo de fútbol de Italia 90 debe decidirse de forma oficial mañana, en Roma, por acuerdo de la FIFA y el comité organizador. Pero oficiosamente parece un hecho que la inglesa, con el argumento de que sus violentos hinchas serán controlados de modo más eficaz por la policía en Cagliari, la capital de Cerdeña, ha conseguido su designación como tal en perjuicio de la española. Según ello, al presidente de la federación nacional, Ángel Villar, sólo le resta defender en las negociaciones compensatorias los intereses del equipo ...

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La sexta selección cabeza de serie en la fase final del Campeonato del Mundo de fútbol de Italia 90 debe decidirse de forma oficial mañana, en Roma, por acuerdo de la FIFA y el comité organizador. Pero oficiosamente parece un hecho que la inglesa, con el argumento de que sus violentos hinchas serán controlados de modo más eficaz por la policía en Cagliari, la capital de Cerdeña, ha conseguido su designación como tal en perjuicio de la española. Según ello, al presidente de la federación nacional, Ángel Villar, sólo le resta defender en las negociaciones compensatorias los intereses del equipo de Luis Suárez, que así podría quedar al margen del sorteo y ser encuadrado a dedo con el italiano o el belga.

Argentina, la RFA, Francia y Bélgica, como las cuatro primeras en el torneo de México 86, más Brasil, por su peso específico y sus tres títulos (1958, 1962 y 1970), e Italia, como anfitriona, eran las cabezas de serie previstas desde hace cuatro años. Pero la eliminación del conjunto francés en la fase de clasificación dejó una plaza vacante, lo que desencadenó una pugna frontal entre Inglaterra, defendiendo la tesis de que sus furibundos seguidores deben ser aislados, y España, apoyando su reivindicación en que en aquella competición quedó por delante, ya que, apeados ambos cuadros en los cuartos de final, sus resultados fueron mejores -de haberse puntuado, siete puntos contra cinco-.Sin embargo, las presiones británicas se han mostrado más fuertes, no en vano su ministro de Deportes, Colin Moyniham, ha contado con el apoyo de su homólogo italiano del Interior, Antonio Gava. En definitiva, todo se antoja tan bien atado que el rotativo londinense Daily Telegraph ya informaba ayer de que el seleccionador inglés, Bobby Robson, había recibido el lunes toda clase de garantías sobre la consideración de su selección como cabeza de serie para disputar los tres partidos de la primera ronda en Cagliari.

Pero, claro, a España hay que compensarla de alguna manera. En ese sentido, Pablo Porta y Agustín Domínguez, sus representantes en la FIFA por más que Villar les haya retirado su confianza, pueden tener cierta influencia. El propio presidente de nuestra federación también piensa sacar el mayor provecho posible de las negociaciones que, con seguridad, han de plantearse.

La cuestión que se suscita es cuál sería ese máximo beneficio que obtener. En este sentido, quizá sea significativo el detalle de que Suárez no vea con malos ojos que su equipo figure en el grupo de Italia (sus sedes son Roma y Florencia) o en el de Bélgica (Turín y Génova). La primera opción supondría que los jugadores españoles, de clasificarse, ya no tendrían que enfrentarse a los locales más que en la final. La segunda, tener más posibilidades de encabezar el cuarteto que ante Argentina, la RFA, Brasil o Inglaterra.

Es factible, pues, que a España se la excluya del sorteo dirigido del sábado para situarla directamente con Italia o Bélgica. Uruguay y Colombia, que no podrán coincidir con Argentina y Brasil, y Holanda, Escocia y la URSS entrarán en la urna de los segundos; Austria, Checoslovaquia, Irlanda -ha pedido el grupo de Argentina (Nápoles y Bari) por el gran aforo de los campos y sus 15.000 seguidores-, Rumania, Suecia y Yugoslavia, en la de los terceros, y Estados Unidos, Costa Rica, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Camerún y Egipto, en la de los cuartos.

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