Tribuna:

Anuncio de tormentas

Las declaraciones recientemente efectuadas por las autoridades monetarias han convencido a los inversores de que cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar. Si lo peor de la política de ajuste está por conocerse, apaga y vámonos, aunque a la mayoría de los inversores la festividad del mercado madrileño en la jornada de ayer les ha impedido reaccionar. Las otras bolsas, que abrieron sin saber exactamente si seguir la trayectoria marcada por Wall Street en la tarde anterior o inclinarse por hacer caso al gobernador del Banco de España, vivieron una jornada en la que la ina...

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Las declaraciones recientemente efectuadas por las autoridades monetarias han convencido a los inversores de que cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar. Si lo peor de la política de ajuste está por conocerse, apaga y vámonos, aunque a la mayoría de los inversores la festividad del mercado madrileño en la jornada de ayer les ha impedido reaccionar. Las otras bolsas, que abrieron sin saber exactamente si seguir la trayectoria marcada por Wall Street en la tarde anterior o inclinarse por hacer caso al gobernador del Banco de España, vivieron una jornada en la que la inactividad fue lo único destacable.Si la mariana terminó con ligeras subidas que impedían sacar conclusiones, la apertura a la baja de Wall Street decidió a los pocos inversores que seguían en activo a aligerar sus carteras de papel en la medida en que el mercado pudiese absorberlo. El resultado fue un nuevo recorte en los índices de las bolsas y el final de un espejismo, como fue la reacción de Wall Street en la tarde del miércoles. Para esta mañana, los inversores habrán tenido tiempo más que sobrado para calcular la posible reacción de las bolsas a medio plazo ante el cuadro recién pintado por los responsables del área monetaria.

Si el volumen negociado en estos días había llegado a los niveles de subsistencia del mercado, unos 7.000 millones de pesetas, es de esperar que en los próximos días los compradores escaseen aun más, lo que puede dejar el mercado en manos del papel exclusivamente.

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