Tribuna:

Diputados

Con la nueva composición del Congreso, los diputados van a tener que asistir a las sesiones, sobre todo a las votaciones, como un solo hombre. Les han hecho la puñeta, francamente. Ser diputado, sí, continúa suponiendo un buen sueldete a fin de mes, viajes gratis, cierta vitola de notable, otras regalías, pero la obligación de estar presente por fuerza en el hemiciclo es un mal gaje. Con la nueva composición del Congreso, ser diputado ya no es lo que era.Hasta ayer mismo se podía faltar y no pasaba nada. Los del poder, pues su mayoría era tan apabullante que unas cuantas ausencias ni se notaba...

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Con la nueva composición del Congreso, los diputados van a tener que asistir a las sesiones, sobre todo a las votaciones, como un solo hombre. Les han hecho la puñeta, francamente. Ser diputado, sí, continúa suponiendo un buen sueldete a fin de mes, viajes gratis, cierta vitola de notable, otras regalías, pero la obligación de estar presente por fuerza en el hemiciclo es un mal gaje. Con la nueva composición del Congreso, ser diputado ya no es lo que era.Hasta ayer mismo se podía faltar y no pasaba nada. Los del poder, pues su mayoría era tan apabullante que unas cuantas ausencias ni se notaban en las votaciones; los de la oposición, pues su minoría era tan vergonzante, que, puestos a perder, lo mismo les daba ocho que ochenta. Ahora, en cambio, la nueva estrategia de los partidos consistirá en conseguir que los diputados rivales no acudan al Congreso. Hay varias fórmulas: invitarles a comer y echarles potentes diárricos en la sopa; presentarles de vísperas una buena moza (o un buen mozo, según gustos y aficiones); esconderles los pantalones. Está científicamente demostrado que si han por seguidillas, se ponen verriondos o les dejan en calzoncillos, los diputados no votan.

Además de asistir a las sesiones y soportar discursos, los diputados habrán de vigilar los embates soterraños del enemigo y ése ya es mucho tute para lo que pagan. Se abre la legislatura del diputado epónimo; un hito de enorme significación y trascendencia en la tierna historia de nuestra democracia. El Congreso de los Diputados va a ser honra y prez de las instituciones patrias. Naturalmente siempre podrá haber algún tránsfuga con tanta afición a tostarse al sol panza arriba en el Caribe, rodeado de beldades y un jamón Jabugo a mano colgado de una palmera, que para lograrlo cambie de chaqueta. Un voto ya puede valer eso y más. La verdad es que todo sube, hasta en el Congreso de los Diputados.

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