Las ventajas del barbecho

El buen cultivador trata el terreno que trabaja como algo vivo. En consecuencia, de vez en cuando, le da un descanso. Al fin, no es bondad, sino negocio. El mercado de valores madrileño, por lo observado en la jornada de ayer, inicio del mes electoral, ha entrado en un período de calma cuya duración nadie se atreve a pronosticar.El asalto del índice general a máximos históricos ha provocado un cierto cansancio, plasmado en una caída del volumen de contratación y en la sensación de espera generalizada que se observa en el parqué. Así, el incremento de centésimas en el índice general sólo es señ...

El buen cultivador trata el terreno que trabaja como algo vivo. En consecuencia, de vez en cuando, le da un descanso. Al fin, no es bondad, sino negocio. El mercado de valores madrileño, por lo observado en la jornada de ayer, inicio del mes electoral, ha entrado en un período de calma cuya duración nadie se atreve a pronosticar.El asalto del índice general a máximos históricos ha provocado un cierto cansancio, plasmado en una caída del volumen de contratación y en la sensación de espera generalizada que se observa en el parqué. Así, el incremento de centésimas en el índice general sólo es señal, según los analistas, de la inercia alcista (le semanas atrás. Los inversores aprovecharon las subidas selectivas de valores concretos para realizar beneficios, conseguir liquidez, y esperar de forma cómoda acontecimientos.

Los mercados internacionales, calmados, tampoco proporcionan ningún estímulo añadido. La ausencia de dinero procedente del exterior se deja también notar en el mercado.

Ayer, tan sólo el sector eléctrico dió muestras de estar en un mercado vivo. En el resto de los valores, dinero muy selectivo y realizaciones se repartieron de forma irregular. Los bancos, cuyo comportamiento, a decir de los analistas, es fundamental para aventurar una predicción, compartieron con el resto del mercado el clima de indefinición. Endesa, recién llegada al mercado continuo, participó del buen clima que persiste en el sector eléctrico. Al cierre, situación de calma con tímida presencia de papel y de dinero.