Un parque nocturno
La pirotecnia lúdica de la Casa de Campo, los esfuerzos por promocionarla como ambiente festivo nocturno cuentan con la renovación del Parque de Atracciones como otra traca importante. El pasado 15 de marzo, LT Grupo y Corporación Financiera de Cajamadrid adquirieron el parque por 1.100 millones a Hispamer. El plan de modernización preparado por la nueva directiva prevé una inversión de choque que supera los 3.000 millones de pesetas aunque Jullán Rodríguez Luna, uno de los dos directores generales, especifica que el plan puede dispararse hasta el quíntuple.La filosoflia del equipo recién lleg...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La pirotecnia lúdica de la Casa de Campo, los esfuerzos por promocionarla como ambiente festivo nocturno cuentan con la renovación del Parque de Atracciones como otra traca importante. El pasado 15 de marzo, LT Grupo y Corporación Financiera de Cajamadrid adquirieron el parque por 1.100 millones a Hispamer. El plan de modernización preparado por la nueva directiva prevé una inversión de choque que supera los 3.000 millones de pesetas aunque Jullán Rodríguez Luna, uno de los dos directores generales, especifica que el plan puede dispararse hasta el quíntuple.La filosoflia del equipo recién llegado pretende acabar con la idea de que un parque de atracciones es reducto de los niños y sus padres. "Queremos un centro de ocio para los madrileños de todas las edades, tipos y gustos", explica Rodríguez Luna. Para conseguirlo no han dudado en ampliar los horarios hasta la una de la madrugada y hasta las cuatro los Jueves, viernes y sábado; ni en incluir de inmediato siete nuevas atracciones. A los conciertos de grupos españoles en el auditorio, la caseta andaluza y el festival de la cerveza han unido un espectáculo con rayos láser, los números del ballet de Ricardo Ferrante, mariachis y una orquesta Dixie que recorre el parque. Pero el gran acierto promocíonal ha sido el Pasaje del Terror, una aventura de ocho minutos en la que 20 actores disfrazados de míticos personajes del horror se encargan de asustar a quienes pagan 400 pesetas (unas 2.000 personas diarias).
La comparación de dos datos puede resultar significativa. Durante los meses de julio y agosto de 1988 el parque registró 772.000 entradas. Este año han sido 1.182.000.