Cartas al director

Pedrol y las fuentes turbias

En EL PAÍS del día 29 pasado aparece una crónica relativa a algunas exigencias del autollamado "sector crítico" sobre las que en su momento decidirá la Junta de Gobierno, que es un órgano colegiado y como tal actúa. Pero en esa información se desliza una alusión personal a la que me corresponde en exclusiva la respuesta. Se dice en la referida crónica que, según "fuentes jurídicas", si aceptásemos la dimisión "a medio plazo", la aceptación de esta exigencia sería compensada por parte del PSOE, al que se encuentran vinculados varios colectivos críticos, con la colocación institucional de...

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En EL PAÍS del día 29 pasado aparece una crónica relativa a algunas exigencias del autollamado "sector crítico" sobre las que en su momento decidirá la Junta de Gobierno, que es un órgano colegiado y como tal actúa. Pero en esa información se desliza una alusión personal a la que me corresponde en exclusiva la respuesta. Se dice en la referida crónica que, según "fuentes jurídicas", si aceptásemos la dimisión "a medio plazo", la aceptación de esta exigencia sería compensada por parte del PSOE, al que se encuentran vinculados varios colectivos críticos, con la colocación institucional de Pedrol probablernente como vocal del nuevo Consejo General del Poder Judicial, que corresponde elegir al Parlamento en 1990".Desde luego, las "fúentes jurídicas" han manado muy turbias esta vez inventando la referida patraña con el propósito de sembrar la creencia de que soy capaz de prestarme a renunciar a mi cargo de decano -al que me han llevado mis compañeros con una limpia elección de más de 6.000 votos- a cambio de una colocación que me concederían desde la política.

Ni el PSOE me ha ofrecido nada, ni tiene por qué ofrecerme, ni la lealdad que debo a quienes me votaron me permitiría entrar en esa clase de cambalaches. Sólo he aceptado en mi vida una colocación consistente en la designación que me hizo Su Majestad para senador de las Cortes Constituyentes, aceptación que venía justificada por la persona que me designó y por el momento histórico de tal designación, aunque, para que quedara muy claro que de ella no pensaba obtener ni el más mínimo beneficio económico, di instrucciones en el Senado para que mi sueldo de senador se ingresara íntegramente en la cuenta bancaria del Colegio de Abogados. Me preocupa que los destinos de nuestro querido colegio pudieran caer algún día en manos de quienes por lo visto son capaces de urdir tan esperpénticas fantasías- Decano del Colegio de Abogados de Madrid.

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