Telefónica penalizará hasta un 10% del precio contratado los retrasos en la entrega de suministros durante 1990

El nuevo plan de compras de Telefónica firmado con Alcatel, Ericsson, Telettra y AT&T contempla la aplicación de medidas penalizadoras ante la previsión de retrasos en las entregas de cada obra contratada. Dichas introducidas por primera vez con carácter formal en los contratos con los suministradores, quedan establecidas en una escala simple situada entre el 0,5% y el 10% del precio fijado, y empezarán a ser aplicadas a partir de la primera o segunda semana de retraso, según la prioridad de las obras.

Las medidas correctoras de precios que han sido fijadas en el programa de entregas pa...

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El nuevo plan de compras de Telefónica firmado con Alcatel, Ericsson, Telettra y AT&T contempla la aplicación de medidas penalizadoras ante la previsión de retrasos en las entregas de cada obra contratada. Dichas introducidas por primera vez con carácter formal en los contratos con los suministradores, quedan establecidas en una escala simple situada entre el 0,5% y el 10% del precio fijado, y empezarán a ser aplicadas a partir de la primera o segunda semana de retraso, según la prioridad de las obras.

Las medidas correctoras de precios que han sido fijadas en el programa de entregas para 1990 suscrito por Telefónica con sus principales suministradores constituyen el punto de partida del nuevo marco comercial del monopolio, que trata de introducir Cándido Velázquez-Gaztelu.En segando lugar, la compañía operadora ha mostrado su intención de redistribuir las entregas que un determinado proveedor no pueda satisfacer en beneficio de sus principales competidores. Ello ha de suponer un acicate para los tres grandes proveedores de líneas telefónicas, como son la empresa francesa Alcatel-Standard Eléctrica, la sueca Intelsa-LM Ericsson y la americana AT&T-Network Systems, que el próximo año tomará carta de naturaleza en el mercado español de conmutación pública.

La introducción del tercer suministrador va a suponer, en cualquier caso, sensibles transformaciones en la distribución de la tarta de Telefónica, sobre todo en lo que respecta a los intereses de los dos tradicionales suministradores, Alcatel e Intalsa.

El plan de compras de Telefóníca para 1990 en los cuatro segmentos de negocio mencionados representa un importe de casi 189.000 millones, lo que, por otra parte, sólo es un tercio de las inversiones presupuestadas para el próximo ejerclicio, que ascienden a 610.000 millones. Faltan por adjudicar más de 400.000 millones de pesetas que comprenden una amplia serie de productos, tales como obra civil, cables y tendidos, además de la telemática (modems y conmutación de paquetes) y los terminales, incluyendo los teléfonos públicos o cabinas.

En estos momentos, la mayor parte de los pequeños proveedores de Telefónica siguen esperando una planificación de la infraestructua de red que garantice sus operaciones de la misma forma que ha ocurrido con los grandes suministradores. En este grupo de empresas figuran ente otras Amper, Cables de Comunicaciones, Telecomunicación y Electrónica Sitre, Satelsa e Interisa, asi co-no alguna multinacional, caso de Fujitsu y Alcatel, que también trabaja para Telefónica.

En materia de obra civil, las relaciones cornerciales de Telefónica se establecieron a partir de un plan trienal en el que tan sólo se especificaban las adjudicaciones del presente ejercicio de 1989, quedando los dos siguientes supeditados a un compromiso de renovación de contratos con los distintos proveedores. Este segmento de inversiones supone en 1990 una cifra de 180.000 millones, similar a la que se ha contratado con los cuatro grandes suministradores.

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