HB mantiene oculto al confidente de Amedo

Herri Batasuna (HB) mantiene oculto y bajo su control a Joseba Urkijo, Kinito, antiguo miembro de la Mesa Nacional y confidente del policía José Amedo, desde 1981, según ha reconocido la coalición independentista. Kinito, de 31 años, natural de Llodio (Álava), hizo el 21 de abril una confesión general y un acto de contrición perfecta, incluida la aceptación de la penitencia que pudiera corresponderle. El descubrimiento del topo del presunto organizador de los GAL ha caído como un mazazo sobre HB, que apenas dos meses antes, indignada, había desmentido su existencia.

La idea de obligar a...

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Herri Batasuna (HB) mantiene oculto y bajo su control a Joseba Urkijo, Kinito, antiguo miembro de la Mesa Nacional y confidente del policía José Amedo, desde 1981, según ha reconocido la coalición independentista. Kinito, de 31 años, natural de Llodio (Álava), hizo el 21 de abril una confesión general y un acto de contrición perfecta, incluida la aceptación de la penitencia que pudiera corresponderle. El descubrimiento del topo del presunto organizador de los GAL ha caído como un mazazo sobre HB, que apenas dos meses antes, indignada, había desmentido su existencia.

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La idea de obligar al confidente a un reconocimiento público de su traición en una conferencia de prensa fue descartada pronto por los dirigentes abertzales, que consideraron demasiado fuerte el espectáculo. Se le exigió, no obstante, permanecer a su disposición para lo que puedan decidir y, en particular, acudir cuando sea requerido por el juzgado de Bilbao donde Urkijo presentó el lunes, siguiendo instrucciones, una denuncia contra el subcomisario de policía José Amedo por amenazas y coacción.Tras reconocer su condición de confidente y dar cuenta de que había recibido una carta amenazante redactada por Amedo desde la prisión de Guadalajara, Urkijo efectuó un completo vaciado informativo ante el abogado Txema Montero, según han informado fuentes de HB. Montero había dirigido la caza del soplón desde 1987, cuando tuvo noticias de su existencia por una amiga del policía que pudo verle en alguna ocasión. El eurodiputado -que actúa como abogado de la acusación particular en el caso Amedo- no quiere hablar de su participación en tal caza, y alega que HB ha decidido tratarlo con el máximo secreto.

Urkijo fue detenido en mayo de 1981, según han confirmado fuentes policiales, y conducido a la comisaría de Indauchu, el centro de operaciones de Amedo en Bilbao. Se le acusaba de relación con ETA Militar. Al año siguiente visitó forzosamente las mismas dependencias porque se había comprometido con Amedo desde el principio a causa de un miedo insuperable, según ha explicado, pero sólo facilitaba datos irrelevantes. La segunda sesión en comisaría le decidió a convertirse en un verdadero topo.

El material suministrado a la policía en ocho años es considerado "de segundo orden" por HB. Sin embargo, Kinito ha tenido a su disposiclón, sobre todo en los últimos años, la documentación interior, los análisis sobre la coyuntura política y los informes sobre relaciones con otras fuerzas. Por ejemplo, las reuniones con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) celebradas en abril y mayo de 1986 "para preparar la negociación política con ETA".

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El mayor filón informativo estaba en su propio partido, HASI (principal fuerza de la coalición HB), que forma parte de la KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista), como ETA, el sindicato LAB, la organización juvenil Jarrai, la de mujeres Egizan y la de barrios ASK. El Partido Popular Socialista Revolucionario (HASI) no tiene reconocimiento legal. Sus estatutos fueron rechazados por Interior debido a que enuncia la independencia de Euskadi entre sus objetivos. Su funcionamiento es clandestino, con la excepción de la presencia regular de alguno de sus dirigentes en las conferencias de prensa de HB.

Amedo disponía, según sus compañeros de Bilbao, de buena información sobre HB y HASI, "vanguardia delegada" de ETA en la lucha política, de acuerdo con la autodefinición de su último congreso. El subcomisario alardeó de ello tras su encarcelamiento, el 13 de julio pasado, como presunto organizador de varios asesinatos perpetrados por la organización terrorista GAL. "Soy el único policía de todo el Estado", escribió en octubre siguiente, "que ha conseguido la composición del comité ejecutivo y central de HASI".

La carta de Amedo a Kinito, mecanografiada y sin rúbrica, contiene 13 preguntas acerca del congreso de HASI de diciembre pasado, los motivos de la ruptura de la tregua por ETA, las diferencias entre la organización terrorista y HB, las disensiones internas en la coalición, las posibilidades de una escisión y la situación de los presos y sus familiares. También se interesa Amedo por una hipotética participación de HB en las instituciones, posibles reinserciones de miembros de ETA, influencia de la manifestación por la paz del 18 de marzo y expectativas ante las elecciones europeas. El policía encarcelado quería saber, asimismo, nombres de personas que puedan estar integradas en comandos. "No te quedes con nada, estrújate y dímelo todo", exigía. ,

Amedo proclamaba en la carta su amor a Euskadi, incluso independiente, "siempre que cualquier opción parta de las instituciones democráticas", y le declaraba a Kinito su aprecio, antes de amenazarle con expresiones como "te entrego" o "te puedo hundir para siempre", y de advertirle si no colabora: "O estás en la Audiencia Nacional junto a mí en las próximas semanas o vuestros pistoleros se encargan de ti".

En torno al congreso de diciembre último, Urkijo fue apartado de HASI por razones desconocidas y, paralelamente, de la Mesa Nacional de HB, para la que había sido elegido en mayo. La coalición atribuye su abandono de la dirección a una "reorganización interna" de la que no se informó en su momento. Un miembro de la Mesa Nacional de HB, sin embargo, confirmó la existencia de sospechas hace tiempo. Aun manteniendo la versión oficial de que la coalición desconocía a fines de 1988 el papel de Urkijo, admitió: "Se oyen cosas, pero uno prefiere creer siempre que no son verdad".

Joseba Urkijo, fornido, tosco y siempre distante, eternamente ataviado con un jersei oscuro de cremallera, es definido por sus antiguos compañeros como un hombre clásico de aparato: rígido, dogmático y repetitivo cuando se trataba de explicar las consignas del momento.

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