Tribuna:

"Turia"

El hecho de que Cartelera Turia se: publique en un importante rincón -pero rincón al fin y al cabo- de la periferia tal vez sea la clave de su supervivencia. Del gran desastre ecológico-mental que para este país ha representado la desaparición de la Prensa de izquierda forjada en los años sesenta sólo se ha salvado Cartelera Turia, la publicación que nació con menos pretensiones y, sin erribargo, ha sabido navegar como una barquita de papel sobre el oleaje de la implacable transición. Repasen el censo de las víctimas, de los caídos por el cambio y por España, y háganse ciruces, o...

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El hecho de que Cartelera Turia se: publique en un importante rincón -pero rincón al fin y al cabo- de la periferia tal vez sea la clave de su supervivencia. Del gran desastre ecológico-mental que para este país ha representado la desaparición de la Prensa de izquierda forjada en los años sesenta sólo se ha salvado Cartelera Turia, la publicación que nació con menos pretensiones y, sin erribargo, ha sabido navegar como una barquita de papel sobre el oleaje de la implacable transición. Repasen el censo de las víctimas, de los caídos por el cambio y por España, y háganse ciruces, o si lo prefieren hoces y rriartillos: Cuadernos para el DiáIcigo, Triunfo, Hermano Lobo, Por Favor, El Viejo Topo, la larga ausencia de Ajoblanco -hoy felizmente recuperada-, El Papus... y muchas otras que ahora olvido u omito para po echarme a llorar sobre un montón de cenizas.Pues bien, mientras tanto, este puñado de valencianos, amigos y enemigos implacables, han tirado adelante una revista de información y crítica de espectáculos, considerando la política un espectáculo más. Y la han tirado adelante con una mezcla de refinado saber y grosería de El virgo de la Vicenteta. Hasta se han permitido una sección de necrológicas en la que cada semana entierran en vida a más de uno, a veces con la amabilidad de la ironía amistosa, pero otras veces con la contundencia de una ejecución sumaria. Esta revista hubiera sido imposible en otra atmósfera culturá, imposible su altura crítica, su eficacia social. No tengo frescos mis saberes históricos sobre Prensa española, pero creo que es el caso de mayor longevidad de una publicación que nace a contracorriente política y cultural, sabe superar esos malos tiempos y se instala en la nueva época sin perder la cara. Veinticinco años son muchas promociones de nuevos lectores que han seguido encontrando en la Turia su lenguaje, aunque no siempre sus criterios. Si alguna vez se abre un museo de la Prensa crítica española, Cartelera Turia merece una vitrina aparte. Supo sucederse a sí misma y conservar la cara a pesar de las ganas que muchos han tenido y tienen de rompérsela.

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