Tribuna:

La banca estropeó la fiesta

La tensión continúa acumulándose en los mercados de valores debido a las distintas actitudes de inversores y sociedades. Los tanteos compradores protagonizados por la inversión más especulativa consiguieron darle a la jornada de ayer un ambiente casi optimista y un nivel aceptable de negocio. Por otra parte, los constantes descalabros de los valores bancarios chocan con los intentos de normalización de un mercado que no sabe bien qué hacer al día siguiente.La sesión se dividió en dos partes claramente diferenciadas entre sí, al igual que sucedió el lunes. Algunos tanteos compradores trataron d...

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La tensión continúa acumulándose en los mercados de valores debido a las distintas actitudes de inversores y sociedades. Los tanteos compradores protagonizados por la inversión más especulativa consiguieron darle a la jornada de ayer un ambiente casi optimista y un nivel aceptable de negocio. Por otra parte, los constantes descalabros de los valores bancarios chocan con los intentos de normalización de un mercado que no sabe bien qué hacer al día siguiente.La sesión se dividió en dos partes claramente diferenciadas entre sí, al igual que sucedió el lunes. Algunos tanteos compradores trataron de aprovechar unas cotizaciones atractivas -sin entrar en otras consideraciones-, mientras que los valores bancarios volvieron a obligar al índice general a marcar un nuevo mínimo anual debido a la excesiva presión del papel.

La anécdota estuvo a cargo del Banco Santander, que sufrió una caída en su cotización de 37 enteros, a pesar del esfuerzo que supuso negociar algo más de 180.000 títulos. Hasta ese momento, los inversores estaban logrando desconectar al mercado de su entorno mediante pequeñas apuestas en los sectores industriales que intentaban dar la sensación de que en los niveles actuales todo está descontado.

Esta pretensión chocaba con aquellos inversores que esperan nuevas medidas por parte de las autoridades monetarias y que prefieren no asumir riesgos excesivos. Las posiciones al cierre eran, no obstante, discretamente positivas.

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