Cartas al director

Error sobre Felipe González

En la semblanza que escribe Luis Carandell sobre Felipe González y que su primera actuación política fue en 1970, defendiendo como abogado laboralista a Ramón Rubial y a otros socialistas procesados por el Tribunal de Orden Público, artículo publicado en el extraordinario de fin de año de 1988, se desliza un error que convendría rectificar. Puedo hacerlo como adjunto a las comisiones ejecutivas del PSOE y UGT en aquella fecha y en otros muchos años como actor de reparto de los acontecimientos protagonizados por ambas organizaciones. En efecto, aquel proceso suscitó casi tanta expectación inter...

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En la semblanza que escribe Luis Carandell sobre Felipe González y que su primera actuación política fue en 1970, defendiendo como abogado laboralista a Ramón Rubial y a otros socialistas procesados por el Tribunal de Orden Público, artículo publicado en el extraordinario de fin de año de 1988, se desliza un error que convendría rectificar. Puedo hacerlo como adjunto a las comisiones ejecutivas del PSOE y UGT en aquella fecha y en otros muchos años como actor de reparto de los acontecimientos protagonizados por ambas organizaciones. En efecto, aquel proceso suscitó casi tanta expectación internacional cual el 1001 de Comisiones Obreras, pasado el tiempo, pues llegaron numerosos observadores extranjeros y dirigentes sindicales y políticos socialistas, incluidos diputados franceses, alemanes, belgas, italianos y escandinavos. Los abogados defensores fueron Isidro Infarte, Enrique Múgica, León Amorós y Miguel Peidró. Es cierto que los sevillanos Felipe González y Luis Yáñez, que acababan de ascender en su agrupación y que eran entonces absolutamente desconocidos en los niveles medios del partido, no solamente presenciaron el proceso desde los bancos de espectadores -en otros se hallaban Gómez Llorente y Miguel Boyer-, sino que en el almuerzo que se celebró a continuación en el restaurante El Bosque, de Cuatro Caminos, con vigilancia policial por los alrededores, fueron presentados por Ramón Rubial en su condición de nuevos ejecutivos y que participaron como tales en los congresos de UGT y PSOE de 1970 y 1971, celebrados en Toulouse, donde se enfrentaron con el líder Rodolfo Llopis y los históricos. Fue, por consiguiente, su primera actuación a nivel superior, pero nunca como letrado defensor. Acaso cabría añadir que Felipe González fue promovido por el histórico Alfonso Fernández Torres, que no podía ver ni en pintura a Llopis, y su predilecto en el interior, Rubial, aunque luego hiciera las paces con Llopis para romper después de la misma forma que meses más tarde del proceso se produjo una remodelación en la poderosa agrupación socialista madrileña con Antonio Díaz-Yagüe y la incorporación de Pablo Castellano a la dirección colegiada del PSOE.- Juan Usada.

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