El dueño de Feansa huye con las máquinas y deja en la calle a 28 empleados

Los 28 empleados de la empresa Feansa, ubicada en la localidad madrileña de Fuenlabrada, se encuentran en la calle desde el pasado día 12 de diciembre. Al volver de su descanso de fin de semana, pudieron comprobar que las puertas estaban cerradas y que el empresario, Ángel Gómez-Platero Gádquez, había desaparecido con parte de la maquinaria. Se da la circunstancia de que la pasada semana de nuevo desaparecía material de un hangar perteneciente a la misma empresa. Feansa se encarga de la fabricación de piezas para motores de tractores.

Desde aquél día, los 28 trabajadores permanecen ...

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Los 28 empleados de la empresa Feansa, ubicada en la localidad madrileña de Fuenlabrada, se encuentran en la calle desde el pasado día 12 de diciembre. Al volver de su descanso de fin de semana, pudieron comprobar que las puertas estaban cerradas y que el empresario, Ángel Gómez-Platero Gádquez, había desaparecido con parte de la maquinaria. Se da la circunstancia de que la pasada semana de nuevo desaparecía material de un hangar perteneciente a la misma empresa. Feansa se encarga de la fabricación de piezas para motores de tractores.

Desde aquél día, los 28 trabajadores permanecen a las puertas de la empresa montando guardia, divididos en turnos, para evitar que la maquinaria que aún se encuentra dentro sea desmantelada totalmente. La pasada semana el Ayuntamiento de Fuenlabrada les instaló una caseta para resguardarles del frío; hasta entonces se agrupaban en torno a una hoguera y entraban en calor gracias a los alimentos y bebidas que les proporcionaban los automovilistas.

Feansa trabajaba para grandes empresas y multinacionales del tractor, como Motor Ibérica, Ebro Kubota y la empresa getafense John Deere. La empresa fuenlabreña había contraido importantes deudas con diversos proveedores, como Ceproma, Sijafer o Aceros Metal Reinosa, a quien debe más de nueve millones de pesetas.

Representantes legales de la multinacional Ebro Kubota han intentado negociar con los trabajadores para que, a cambio de cinco millones de pesetas, les entreguen las piezas y maquinaria que guardan celosamente. Según Ebro Kubota, el no contar en estos días con el abastecimiento de piezas puede parar cadenas enteras de producción.

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