Derrota de los renovadores en el XII Congreso del PC Portugués

ENVIADA ESPECIALEl XII Congreso del Partido Comunista Portugués se clausuró ayer tras la elección, el sábado por la noche, del nuevo Comité Central, que pasa a estar integrado por 175 miembros, un tercio de los cuales son nuevos y con una media de 40 años de edad. Sin embargo, los resultados de estas elecciones reflejaron una derrota de los sectores renovadores del partido que quedaron excluidos del máximo órgano que preside Alvaro Cunhal, de 75 años. Con la salida del Comité Central de algunos históricos que aceptaron disciplinadamente la orden para dejar lugar a ...

ENVIADA ESPECIALEl XII Congreso del Partido Comunista Portugués se clausuró ayer tras la elección, el sábado por la noche, del nuevo Comité Central, que pasa a estar integrado por 175 miembros, un tercio de los cuales son nuevos y con una media de 40 años de edad. Sin embargo, los resultados de estas elecciones reflejaron una derrota de los sectores renovadores del partido que quedaron excluidos del máximo órgano que preside Alvaro Cunhal, de 75 años. Con la salida del Comité Central de algunos históricos que aceptaron disciplinadamente la orden para dejar lugar a los jóvenes cuadros en ascenso, la dirección cunhalista ha conseguido el objetivo de callar las voces discordantes por la vía democrática y limitar la anunciada reforma a una mera operación de cosmética.

Lo mas sorprendente de todo, y que deja confusos a muchos invitados de los partidos hermanos, es que esta dirección, tan celosa de su autoridad y de la obediencia de los rebeldes, es al mismo tiempo muy permeable a muchas de las tesis renovadoras, como lo muestra el nuevo programa del partido, orientado hacia la "democracia avanzada en el umbral de¡ siglo XXV, que fue el lema del congreso de Oporto. También se subrayó la defensa del régimen democrático -en el que el sufragio directo y secreto es la base de su legitimidad- y la importancia del "desarrollo basado en una economía mixta", que reconoce el papel de "un sector privado".

Si, como defiende la ex diputada comunista Zita Seabra en el libro que le mereció la expulsión hace dos semanas de los órganos dirigentes, no se puede "hacer una política nueva con las mismas personas y los mismos métodos de siempre", la derrota de los renovadores no es probablemente definitiva, y "nada volverá a ser como antes" en el comunismo portugués.

La sucesión de Cunhal tampoco fue abordada abiertamente, y el congreso delegó la espinosa cuestión a un cuarteto de dinosaurios cuya única función es, de momento, impedir que la elección del futuro secretario general de¡ PC portugués sea discutida públicamente.