El IPC fue neutral

Las bolsas dedicaron la sesión de ayer a superar los efectos de la resaca producida por la baja anterior,, situación que encajaba bien con la espera del IPC que iba a publicarse esa misma mañana. Los inversores pudieron dedicarse a especular con las diversas posibilidades de un índice de precios para el que no había pronósticos claros y, tal vez por ello, los corros se dedicaron a dejar pasar el tiempo sin modificar demasiado las cotizaciones. El negocio mantuvo la trayectoria descendente de los últimos días, algo que no cambié cuando se conoció la subida del 0,1% de los precios de octubre.A l...

Las bolsas dedicaron la sesión de ayer a superar los efectos de la resaca producida por la baja anterior,, situación que encajaba bien con la espera del IPC que iba a publicarse esa misma mañana. Los inversores pudieron dedicarse a especular con las diversas posibilidades de un índice de precios para el que no había pronósticos claros y, tal vez por ello, los corros se dedicaron a dejar pasar el tiempo sin modificar demasiado las cotizaciones. El negocio mantuvo la trayectoria descendente de los últimos días, algo que no cambié cuando se conoció la subida del 0,1% de los precios de octubre.A lo largo de la mañana se sucedieron los rumores sobre la publicación de un dato que hasta ayer mismo no había preocupado en absoluto a los inversores. Desde algunas décimas de baja hasta casi medio punto de subida, hubo opiniones para todos los gustos, pero en ningún momento estos rumores fueron capaces de influir en la trayectoria de la sesión.El dato oficial llegó un poco antes de que se conociera la caja de los bancos, valores que tuvieron. papel en la mayoría de los casos, y que el mercado no retiró ante una subida de los precios que puede considerarse como buena.

A la hora del cierre no se habían conseguido despejar las incógnitas sobre el futuro a medio y corto plazo, lo que parece demostrar que no es el IPC el problema que tienen pendiente los mercados de valores.

La anterior recuperación de Wall Street fue suficiente para tranquilizar al mercado, pero no es lo bastante importante como para que vuelva el dinero a unos mercados excesivamente desconfiados ante una coyuntura internacional demasiado inquietante.