Apenas hubo contraataques.

El gráfico de los tantos demuestra que fue un partido en el que apenas hubo contraataques (tres, marcados al margen). El Barcelona, posiblemente acusando la ausencia de Sibilio, concentró su juego en las acciones interiores, sobre todo en la segunda parte, cuando se le acabó a Epi la producción de tantos (16 en la primera y sólo cuatro en la segunda). El Madrid vivió durante mucho tiempo de los tiros libres, pero fue normalizando poco a poco la situación. El grabado demuestra, sin embargo, que el peso de su juego exterior es superior al de su juego interior (15 canastas fuera de la zona por oc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El gráfico de los tantos demuestra que fue un partido en el que apenas hubo contraataques (tres, marcados al margen). El Barcelona, posiblemente acusando la ausencia de Sibilio, concentró su juego en las acciones interiores, sobre todo en la segunda parte, cuando se le acabó a Epi la producción de tantos (16 en la primera y sólo cuatro en la segunda). El Madrid vivió durante mucho tiempo de los tiros libres, pero fue normalizando poco a poco la situación. El grabado demuestra, sin embargo, que el peso de su juego exterior es superior al de su juego interior (15 canastas fuera de la zona por ocho dentro).

Más información

Archivado En