La ciudad, desde las barreras

El 20% de los madrileños se mueve con dificultad a causa de minusvalías físicas

El 20% de la población madrileña tiene problemas de movilidad reducida o sufre algún tipo de minusvalía física. Los que van en sillas de ruedas, los que cojean, los ancianos y otros muchos sufren a diario las consecuencias de un urbanismo que no ha contado con ellos. Un acuerdo firmado entre la Comunidad de Madrid y el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inserso), con la colaboración de 22 asociaciones de minusválidos, pretende que en las nuevas construcciones se eliminen las barreras aquitectónicas.

Para muchos, el convenio llega tarde y tan sólo recoge una parte mínima de sus pr...

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El 20% de la población madrileña tiene problemas de movilidad reducida o sufre algún tipo de minusvalía física. Los que van en sillas de ruedas, los que cojean, los ancianos y otros muchos sufren a diario las consecuencias de un urbanismo que no ha contado con ellos. Un acuerdo firmado entre la Comunidad de Madrid y el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inserso), con la colaboración de 22 asociaciones de minusválidos, pretende que en las nuevas construcciones se eliminen las barreras aquitectónicas.

Para muchos, el convenio llega tarde y tan sólo recoge una parte mínima de sus problemas. Ninguna zona de Madrid se salva. Según Pilar Ramiro, secretaria general de la Coordinadora de Disminuidos Físicos de la Comunidad de Madrid, y que padece una deficiencia física, el casco antiguo de la ciudad es una de las zonas que presentan mayores dificultades para el desplazamiento de los minusválidos.Rodolfo García de Pablos, director general de Arquitectura de la Comunidad, reconoce que la capital de España está sembrada de barreras arquitectónicas, algunas de ellas insalvables. García de Pablos coincide con Pilar Ramiro en que "es prácticamente imposible eliminar las barreras existentes en el centro histórico".

Los edificios públicos son especialmente inaccesibles, señala Pilar Ramiro. "No se trata únicamente de que un minusválido no pueda, por ejemplo, subir una escalera", añade: "además, dentro de los edificios públicos hay que hacer gestiones y dar paseos, y ahí están los problemas".

Antonio de Sala, arquitecto y socio de la asociación Crecer, dedicada a atender a personas con problemas de crecimiento, asegura que "para estas personas, una ventanilla ministerial o la barra de un bar son murallas infranqueables".

Los pueblos de la periferia de Madrid tampoco están concebidos para facilitar la movilidad de personas incapacitadas. En la actualidad, el Inserso mantiene conversaciones con los ayuntamientos de Leganés y Getafe para llegar a un acuerdo para la eliminación de barreras arquitectónicas.

Para los minusválidos son barreras las escaleras, los ascensores, las puertas y pasillos demasiado estrechos (los de las taquillas del metro por ejemplo), los bordillos, los autobuses, los cines, teatros, restaurantes y un largo etcétera. Ahora, un convenio entre la Comunidad y el Inserso recoge una serie de recomendaciones a los constructores y el compromiso de elaborar una normativa básica para eliminar en las futuras construcciones (fundamentalmente en las viviendas de protección oficial), las barreras arquitectónicas.

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Pilar Ramiro y la subdirectora general técnica del Inserso, María del Mar Vanaclocha, coinciden en afirmar que este convenio tan sólo recoge los "mínimos" necesarios para la eliminación de barreras.

Un total de 22 asociaciones de afectados por minusvalías de la Comunidad han colaborado en la elaboración del texto del acuerdo. Según el director general de Arquitectura, cuando se desarrolle totalmente la parte normativa del convenio "se podría llegar a sancionar a aquellos que no la cumplan".

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