Cartas al director

¡Cuidado con algunos bancos!

Había un frescales en un pueblo que cuando sorteaban los mozos para el servicio militar -la mitad de los cuales venían a quedar exentos- ofrecía a la familia ocuparse para que su hijo fuera uno de ellos, y por sus gestiones cobraba una discreta suma. Si el sorteo era favorable, todos contentos, y si era adverso, el frescales devolvía inmediatamente el dinero.Algo parecido ocurre con algunos bancos. Especulan con la buena fe de la gente y con las liquidaciones que no todos entienden. Y así, cuando las partidas indebidas cuelan, el cliente se perjudica y no lo sabe. Pero si el cliente -los menos...

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Había un frescales en un pueblo que cuando sorteaban los mozos para el servicio militar -la mitad de los cuales venían a quedar exentos- ofrecía a la familia ocuparse para que su hijo fuera uno de ellos, y por sus gestiones cobraba una discreta suma. Si el sorteo era favorable, todos contentos, y si era adverso, el frescales devolvía inmediatamente el dinero.Algo parecido ocurre con algunos bancos. Especulan con la buena fe de la gente y con las liquidaciones que no todos entienden. Y así, cuando las partidas indebidas cuelan, el cliente se perjudica y no lo sabe. Pero si el cliente -los menos- reclama, el banco se las devuelve sin rechistar, con lo cual admite implícitamente que ha hecho mal.

Vean un caso.

Adquirí letras del Tesoro. Entre la compra y la venta me cobró el banco el 7 por 1.000, dos puntos más que el agente de otra en-

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