Tribuna:

La invesión está indecisa

Las bolsas han decidido mantenerse dentro de un nivel de actividad propio de quien tiene miedo a equivocarse en su evaluación del futuro. Movimientos escasos, en títulos y en recorrido, son la respuesta ante la ausencia de datos sobre la reacción de Wall Street al resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas. Estos temores son fruto, no obstante, de la situación actual de las bolsas españolas, cuya altura resiste mal cualquier acontecimiento que se considere negativo, por más que se haya demostrado que tampoco las malas noticias son capaces de mover el mercado.Esta capacidad de s...

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Las bolsas han decidido mantenerse dentro de un nivel de actividad propio de quien tiene miedo a equivocarse en su evaluación del futuro. Movimientos escasos, en títulos y en recorrido, son la respuesta ante la ausencia de datos sobre la reacción de Wall Street al resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas. Estos temores son fruto, no obstante, de la situación actual de las bolsas españolas, cuya altura resiste mal cualquier acontecimiento que se considere negativo, por más que se haya demostrado que tampoco las malas noticias son capaces de mover el mercado.Esta capacidad de superar las malas noticias -dos puntos de subida en el IPC en dos meses- no parece aplicable a las que pudieran llegar del otro lado del Atlántico, lo que convierte la actual coyuntura bursátil en una especie de sinsentido en el que sólo logra medrar la especulación. Ayer, pocos valores consiguieron resultados positivos notables, ante la indecisión compradora y la facilidad con que los vendedores aprovechaban la presencia de dinero.

El sector bancario rompió el equilibrio entre alzas y bajas, aunque sólo un valor, el Bilbao Vizcaya, fue el responsable de la subida final del índice, gracias al avance de 15 enteros que le proporcionó la presencia de dinero en la caja.

Los valores industriales acusaron las incertidumbres con múltiples altibajos, lo que hizo que durante la mañana la sesión atravesara por diferentes alternativas, pero sin que ninguna de ellas consiguiera imponerse. A la hora del cierre, el papel acudía presuroso a cubrir las posiciones compradoras, lo que enfrió bastante el ambiente.

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