UGT convoca paros generales contra la política del Gobierno, que concretará con CC OO

El comité confederal de UGT decidió ayer convocar movilizaciones generales, conjuntamente con otras organizaciones sindicales, progresistas y juveniles, con el objetivo de lograr un cambio de la política económica y social del Gobierno. El comité delega en la ejecutiva para que concrete un calendario de paros generales, manifestaciones y concentraciones de acuerdo con la dirección de CC OO. La central socialista ha decidido también fijar su propia previsión de inflación para 1989, que sirva de referencia a la negociación colectiva, cuando se conozca la evolución de los precios este año.
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El comité confederal de UGT decidió ayer convocar movilizaciones generales, conjuntamente con otras organizaciones sindicales, progresistas y juveniles, con el objetivo de lograr un cambio de la política económica y social del Gobierno. El comité delega en la ejecutiva para que concrete un calendario de paros generales, manifestaciones y concentraciones de acuerdo con la dirección de CC OO. La central socialista ha decidido también fijar su propia previsión de inflación para 1989, que sirva de referencia a la negociación colectiva, cuando se conozca la evolución de los precios este año.

CARMEN PARRAEl máximo órgano de decisión entre congresos de UGT, su comité confederal, aprobó ayer la convocatoria de movilizaciones generales con un solo voto en contra, del parlamentario del PSOE y secretario general ugetista de Sevilla, Antonio Cuevas. Se registraron seis abstenciones, entre ellas la de José Ángel Fernández Villa, miembro de la ejecutiva del PSOE. La resolución indica que las acciones de protesta pretenden .un cambio de orientación de las posturas defendidas por el Gobierno y los empresarios".Nicolás Redondo y otros dirigentes de UGT matizaron que no se trata de una huelga general, por las connotaciones históricas y políticas del término, y porque el objetivo no es derribar al Gobierno, sino que cambie la política económica y social. El propósito es preparar manifestaciones escalonadas y hacer confluir paros generales en un determinado día, aún no decidido.Las dos Españas

El secretario general ugetista asegura que "cualquier Gobierno maduro e inteligente, ante situaciones conflictivas de descontento y con tensiones sociales, analiza las causas y da soluciones, lo contrario que está haciendo el equipo de González, que descalifica y rehúye la verdad". A su juicio, eso es grave, porque conduce a que haya dos Españas: la oficial y la real.

Redondo aconseja a Felipe González que analice si va a seguir gobernando por méritos propios o por demérito de los demás partidos. Al ministro de Trabajo, que se muestra preocupado porque los sindicatos no hayan firmado pactos con el Gobierno o los empresarios desde hace tres años, le responde que alguna responsabilidad tendrá él, porque UGT ha firmado acuerdos en siete comunidades autónomas.

El dirigente ugetista analiza con humor las relaciones del Ejecutivo con la patronal CEOE, que "han pasado del enamoramiento pasajero al matrimonio estable por interés". También es muy crítico con la intervención del Ministerio de Economía en el convenio de la banca privada, que compara con "el abrazo aristocrático" de 1928, una página de la historia que cualquier socialista no debe olvidar, en su opinión.El comité confederal de UGT ha delegado también en la ejecutiva y en los responsables federales de acción sindical los criterios que se defenderán en la negociación colectiva. El sindicato seguirá pactando los salarios según la inflación prevista, pero como el objetivo del 3% para 1989 establecido por el Gobierno no le merece ningún crédito, fijará su propia previsión cuando se conozca la evolución de los precios este año. Redondo cree que la inflación del próximo año puede ser el 5% o el 6% y en el comité confederal se habló de pedir incrementos salariales uno o dos puntos superiores al índice de precios al consumo (IPC) previsto, por lo que previsiblemente reivindiquen aumentos en tomo al 7%.

El secretario -general de UGT considera que el fracaso de la previsión de inflación -"la perla y el orgullo del Gobierno", según sus palabras- constata el fracaso de la política económica y la incapacidad para adaptarse a la nueva situación, una vez superada la crisis. Redondo afirma que "la previsión del índice de precios ha dejado de ser una cifra macroeconómica, en la que nadie, ni el propio Gobierno cree, para convertirse en un arma política para controlar los salarios.

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