El joyero Venero teme que, "en la cárcel o en la calle", acabará mal

"En la cárcel o en la calle, sé que acabaré mal", dijo ayer a los periodistas el joyero Federico Venero, de 39 años, después de permanecer sentado, durante dos horas, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Santander, donde fue juzgado por un delito de receptación de joyas (ocultar o encubrir delincuentes o cosas que son materia de delito). El fiscal jefe, Lucio Valcárcel, pidió para él tres años de prisión menor y una multa de 50.000 pesetas. Venero fue autor, en la primavera de 1986 de muy importantes revelaciones sobre la existencia en España de una presunta mafia policial.Lo...

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"En la cárcel o en la calle, sé que acabaré mal", dijo ayer a los periodistas el joyero Federico Venero, de 39 años, después de permanecer sentado, durante dos horas, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Santander, donde fue juzgado por un delito de receptación de joyas (ocultar o encubrir delincuentes o cosas que son materia de delito). El fiscal jefe, Lucio Valcárcel, pidió para él tres años de prisión menor y una multa de 50.000 pesetas. Venero fue autor, en la primavera de 1986 de muy importantes revelaciones sobre la existencia en España de una presunta mafia policial.Los hechos que determinaron su procesamiento se remontan al 6 de abril de 1984. Una llamada anónima alertó al mediodía a la Guardia Civil de que procedente de Bilbao y con dirección a Santander circularía el turismo marca Peugeot S-7386-K, transportando una importante cantidad de drogas y armas. Casi cuatro horas más tarde, a las 15.40, el vehículo en cuestión era detenido en un control en la localidad de Liendo (Cantabria).

En su interior había varias decenas de joyas (medallas y sortijas, preferentemente) con un peso total de 540 gramos de oro, valorado todo ello por entonces en algo más de un millón de pesetas. Venero conducía el coche, de su propiedad, acompañado de su amigo Juan López Echevarría, también ahora procesado por el mismo delito de receptación.

Ambos dieron entonces y ahora versiones contradictorias de los hechos. Venero declaró ayer que fue López Echevarría quien le propuso la compra en Bilbao de las joyas, en tanto que su amigo lo niega y asegura que si hizo el viaje fue por pasar una mañana ociosa, ignorando lo que iba a hacer en Bilbao su amigo.

A preguntas del fiscal, Venero declaró que López Echevarría le había ofrecido el día anterior la compra de dos kilos de oro en la capital vizcaína, lo que se apresuró a poner en conocimiento del policía Antonio Caro Fontanillo, destinado en la comisaría de Santander y ahora procesado en el caso de la presunta mafia.

La brigada

"Caro me indicó que en Bilbao me pusiera en contacto con Miguel Ángel Bercianos, [de la brigada antiatracos de Vizcaya, también procesado]. En el barrio de Ocharcoaga subí a la casa que me indicó López Echevarría, con la intención de prestar un nuevo servicio a la policía; allí me hice de unas cuantas joyas que podrían tener más fácil identificación por los agentes para conocer su procedencia. No eran precisamente las más valiosas".Tras su detención por la Guardia Civil en Liendo, a la que dijo, sin que le hicieran caso, que trabajaba para la policía de Santander, Venero declaró haberse puesto otra vez con contacto con el agente Antonio Caro. Citado éste como testigo del fiscal, desmintió rotundamente la versión del joyero, si bien reconoció que había sido su confidente y propiciado la detención de algunos delincuentes. Y añadió: "Lo que ocurre es que cuando este señor se siente complicado en algún hecho delictivo, mezcla siempre a la policía. Es la razón por la que estamos procesados".

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Venero deberá sentarse nuevamente en el banquillo de la Audiencia Provincial a partir del día 7 de noviembre, junto a cinco policías y otro paisano, acusados de tenencia ¡lícita de armas de ftiego, receptación y delitos contra la salud pública (comercio de drogas). Uno de ellos, Francisco Javier Fernández Álvarez, fue recientemente condenado por la desapancion del Nani.

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