GENTE

Montserrat Caballé,

que actuó el viernes pasado en el concierto que inauguró en Madrid el Auditorio Nacional, fue entrevistada en un pasillo por un locutor radiofónico después de un ensayo. En el transcurso de la charla, un anciano de 83 años se acercó: "¡Montserrat, Montserrat!", decía. El locutor, viendo chafada su entrevista con la diva, no sólo trató de interponerse entre ella y el hombre, sino que intentó apartarle con la mano que no sostenía el micrófono. Fue entonces cuando Caballé, al grito de "¡maestro Halffter!", le dio dos cariñosos besos. "¡Si es el maestro Halffter!", gritaba a su vez el locut...

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que actuó el viernes pasado en el concierto que inauguró en Madrid el Auditorio Nacional, fue entrevistada en un pasillo por un locutor radiofónico después de un ensayo. En el transcurso de la charla, un anciano de 83 años se acercó: "¡Montserrat, Montserrat!", decía. El locutor, viendo chafada su entrevista con la diva, no sólo trató de interponerse entre ella y el hombre, sino que intentó apartarle con la mano que no sostenía el micrófono. Fue entonces cuando Caballé, al grito de "¡maestro Halffter!", le dio dos cariñosos besos. "¡Si es el maestro Halffter!", gritaba a su vez el locutor. El músico, que completó la obra inconclusa de Falla A tlántida, pasó así de ser intruso a ser entrevistado.

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