Irán intentó financiar España una escuela para sus aviadores

El Gobierno de la República Islámica de Irán intentó dotarse de una escuela propia de formación de pilotos en España en 1985, según informaron a este diario fuentes aeronáuticas privadas españolas. Este intento no llegó a materializarse, al exigir los iraníes enseñanza militar para sus pilotos, a lo que los expertos españoles se negaron. El Gobierno de Teherán se hallaba entonces acuciado por el rumbo de la guerra irano-iraquí, en plena efervescencia.

Las mismas fuentes, no oficiales, señalaron que la pretensión iraní por adiestrar sus pilotos en España, donde existen preparadores y cen...

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El Gobierno de la República Islámica de Irán intentó dotarse de una escuela propia de formación de pilotos en España en 1985, según informaron a este diario fuentes aeronáuticas privadas españolas. Este intento no llegó a materializarse, al exigir los iraníes enseñanza militar para sus pilotos, a lo que los expertos españoles se negaron. El Gobierno de Teherán se hallaba entonces acuciado por el rumbo de la guerra irano-iraquí, en plena efervescencia.

Las mismas fuentes, no oficiales, señalaron que la pretensión iraní por adiestrar sus pilotos en España, donde existen preparadores y centros de enseñanza aeronáuticos de gran prestigio, se remontan a mediados de 1985. (Tres años antes, pilotos iraquíes de helicópteros habían recibido instrucción en nuestro país.El propietario de una academia para aviadores de Madrid, se trasladó a mediados de 1985 a Salamanca, sede de la Escuela Nacional de Aeronáutica, ENA. Allí entró en contacto. con Manuel Ledesma, catedrático de Física en Puerto Rico, meteorólogo y pionero de la Meteorología Aeronáutica en España. Aseguró a Ledesma que un Gobierno extranjero, Irán, quería entrenar pilotos en España y explicó que le habían llamado a él como intermediario por figurar su academia en las guías telefónicas.

Ledesma, que posee un seminario-academia para preparar aviadores en materias teóricas, conversó poco después con un diplomático de la Embajada de la República Islámica de Irán en España, quien le expuso las necesidades iraníes: entrenar el mayor número de aviadores persas en el menor tiempo posible. El diplomático le aseguró que no había límite en cuanto al dinero. Como condición señaló que los futuros pilotos serían islámicos y necesitarían instalaciones para sus prácticas religiosas.

Un diplomático iraní

(El funcionario iraní, en conversación con EL PAÍS, pidió permanecer en el anonimato y negó completamente cualquier tipo de contacto en España para tal fin.)Por encargo del funcionario iraní, se trazó un plan de viabilidad. Los aspectos económicos del plan preparado los desarrolló un piloto-economista que vive en Barcelona. Se localizó un pequeño aeródromo, Robledillo, en la provincia de Guadalajara.

Asimismo, se realizaron varios viajes a Granada, donde reside una importante comunidad islámica. Se consideró que aquel aeropuerto sería un buen emplazamiento para la futura escuela, ya que se encuentra infrautilizado. El precio de la enseñanza por alumno se fijaba por encima de los doce millones de pesetas. Los cursos durarían entre dos años y dos años y medio. Los profesores percibirían por encima de las 300.000 pesetas por mes. Esta enseñanza, según su trazado original, sería plenamente civil. Se creó entonces una sociedad por acciones, Seminario de Orientación Aeronáutica Civil, SOAC, promotora del proyecto. La Inteligencia de la Fuerza Aérea española, a través de un comandante, T. G, observaba con atención los. acontecimientos.

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Cuando el proyecto se encontraba muy avanzado, el diplomático iraní comenzó a alterar sus peticiones iniciales. Manteniendo su oferta relativa a la no limitación del dinero, dijo súbitamente que precisaba que los pilotos recibieran una formación orientada a la aviación militar.

Rebajó además las exigencias previas en cuanto a la atención de los estudios a las normas internacionales de la Organización de Aviación Civil, OACI, a las cuales se ajustan los estudios de aeronáutica en España; comenzó .a mostrar una prisa desmesurada, a juicio de personas que participaron en el proceso.

A grandes rasgos, quiso entonces alterar la sustancia civil del proyecto y trocarlo en otro plenamente militar. Para ello, exigió que los maestros de la futura escuela fueran militares.

Además del salto cualitativo que aquella nueva exigencia del agregado diplomático iraní implicaba, los españoles que habían diseñado el plan comenzaron a recelar del proyecto porque las nuevas exigencia lo complicaban todo. La lógica de la aviación civil tiene poco que ver con la lógica de la aviación militar, decían.

La situación bélica que Irán vivía entonces, 1985, abría definitivamente los ojos a los redactores e impulsores españoles de la oferta y poco a poco, se descolgaron de la idea. En la primavera de 1986, la Prensa británica y EL PAÍS publicaron sendas informaciones en las cuales se aseguraba que pilotos iraníes estaban siendo adiestrados en la zona civil de un aeropuerto de la Royal Air Force británica. Al poco, SOAC quedó disuelta y el proyecto, abandonado.

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