Cartas al director

El liberalismo del CDS

Dice Carmen Díez de Rivera que, salvo en la actitud liberal que todos tenemos, el ingreso del CDS en la Internacional Liberal le obliga a abandonar el partido por coherencia ideológica. Desde esa misma actitud debo hacerle notar que la coherencia a la que apela presenta fuertes fisuras, cuando su abandono del partido no le impide, sin embargo, conservar el escaño y sueldo que obtuvo bajo las siglas del CDS, salvo que ella entienda que los cerca de 300.000 votos de costo/escaño fueron orientados a su persona por figurar en la candidatura.Sabe bien Carmen que sus declaraciones infligen daño al p...

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Dice Carmen Díez de Rivera que, salvo en la actitud liberal que todos tenemos, el ingreso del CDS en la Internacional Liberal le obliga a abandonar el partido por coherencia ideológica. Desde esa misma actitud debo hacerle notar que la coherencia a la que apela presenta fuertes fisuras, cuando su abandono del partido no le impide, sin embargo, conservar el escaño y sueldo que obtuvo bajo las siglas del CDS, salvo que ella entienda que los cerca de 300.000 votos de costo/escaño fueron orientados a su persona por figurar en la candidatura.Sabe bien Carmen que sus declaraciones infligen daño al partido, especialmente porque muchos matices quedan ocultos. Por ejemplo, cuando la conciencia democrática sufre por no haberse producido debate para tal decisión (sin decir que la aprobó el comité nacional y la convención del partido), esa misma conciencia fue laxa en otra decisión que a ella le afectaba, la de ser incluida por delante de muchos militantes de prestigio probado sin que Carmen planteara en aquella ocasión ninguna duda sobre la decisión que entonces adoptaba Adolfo Suárez. Otro ejemplo: el ingreso del CDS en la Internacional Liberal no comporta para el partido una identidad monolítica en dicha ideología, máxime cuando la medida tuvo respuesta recíproca al ampliar la Internacional Liberal su denominación con la de "y partidos progresistas".

Sorprende que su legítimo amor al escaño y a su buen trabajo en él lleven a Carmen a emitir un guiño al PSOE, en cuyas próximas listas se sentiría a gusto, precisamente en la etapa en que más se ha alejado el PSOE de cualquier antigua afinidad con la anterior militancia de Carmen en el PSP. Acaso en la Internacional Socialista, donde convivirá con el FLN argelino, se sentirá mejor.

No hay razón para traumas a medias, como el que combina Carmen yéndose del partido pero no de la posición conseguida a su través. Habrá que recordarle que Indalecio Prieto se declaraba socialista a fuer de liberal y que el liberalismo moderno cubre abanicos tan amplios como para dar cabida al Partido Demócrata de Estados Unidos y a los socialdemócratas británicos, y ello en el contexto de un discurso político que pone más énfasis que ningún otro en la noción de la igualdad de oportunidades dentro de un Estado óptimo que garantice la eficacia social-

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