Tribuna:

La especulación sigue mandando

La jornada de cierre ha vuelto a sorprender por la suavidad de los recortes y la capacidad de absorción de que han hecho gala una buena parte de los corros industriales. Si a esto se le añade el buen momento que disfrutan los valores eléctricos, sólo queda olvidarse -como parecen haber hecho algunos inversores- de que la inflación no va a ser buena, sea cual sea, para poder disfrutar de un mercado caliente y con ciertas posibilidades.La única explicación posible de esta situación está en un dinero que no encuentra suficientemente atractivas las alternativas que ofrecen los mercados, pues, por ...

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La jornada de cierre ha vuelto a sorprender por la suavidad de los recortes y la capacidad de absorción de que han hecho gala una buena parte de los corros industriales. Si a esto se le añade el buen momento que disfrutan los valores eléctricos, sólo queda olvidarse -como parecen haber hecho algunos inversores- de que la inflación no va a ser buena, sea cual sea, para poder disfrutar de un mercado caliente y con ciertas posibilidades.La única explicación posible de esta situación está en un dinero que no encuentra suficientemente atractivas las alternativas que ofrecen los mercados, pues, por más que suban los tipos de interés, siempre hay más posibilidades en una buena semana de bolsa que en un año regular en cualquier otro mercado. Esto limita las actuaciones a muy corto plazo, lo que no es ningún inconveniente para unos inversores que no ven más allá de la publicación del IPC, que, al fin y al cabo, todavía preocupa a algunos sectores del mercado.

La jornada comenzó con algunos tanteos, pues es conveniente tomarle el pulso cada mañana a un mercado poco seguro de sí mismo, que demostraron que la presencia de papel no era demasiado importante, lo que fue como la señal de partida -que coincidió con los corros industriales importantes para iniciar las tomas de posiciones y terminar con el dominio del papel. Los valores bancarios no fueron un problema demasiado complicado, ya que apenas se les presta atención, y la baja de 10 puntos del Bilbao Vizcaya se olvidó pronto. El dinero seguía insistiendo al cierre, pero siempre sobre un grupo determinado de valores a los que se les concede un futuro tan prometedor como corto.

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