Tribuna:

Así es, si así os parece

La reacción de las bolsas internacionales y de las españolas, ante una noticia negativa, es digna de toda sospecha y, si los operadores detectaban el martes movimientos de apoyo a las cotizaciones, esta sensación se ha trasladado a la subida de anteayer en Walt Street. De ser así, la tranquilidad que se trataba de llevar al mercado se ha convertido en incertidumbre, pues todos se preguntan el porqué de esta necesidad de apoyos a un mercado libre y soberano que con sus altibajos indica la situación de las distintas economías. Otra lectura muy diferente ha sido la de la barandilla, que ha respon...

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La reacción de las bolsas internacionales y de las españolas, ante una noticia negativa, es digna de toda sospecha y, si los operadores detectaban el martes movimientos de apoyo a las cotizaciones, esta sensación se ha trasladado a la subida de anteayer en Walt Street. De ser así, la tranquilidad que se trataba de llevar al mercado se ha convertido en incertidumbre, pues todos se preguntan el porqué de esta necesidad de apoyos a un mercado libre y soberano que con sus altibajos indica la situación de las distintas economías. Otra lectura muy diferente ha sido la de la barandilla, que ha respondido con algunas entradas a esa retirada de papel que registraron todas las bolsas.La perplejidad de muchos operadores era notoria, a pesar de que todo lo que no suponga una pérdida de valor de las cotizaciones suele ser bien recibida. Algunos trataban de unirse a los analistas que piensan que los mercados ya habían descontado la noticia, mientras que otros relacionaban la resistencia a la baja de Walt Street con la convención republicana.

Por ahora, la retirada de papel ha servido para aliviar algunas tensiones, aunque esta misma semana se publicará un IPC que no va a ser brillante y que difícilmente habrán descontado en Nueva York, aunque cabe suponer que, dadas las circunstancias, cualquier cosa está suficientemente descontada. Todos los grupos subieron ayer, con la excepción del impredecible sector bancario, aunque sus numerosas repeticiones indican que buena voluntad no falta. La ausencia de movimiento al cierre parece mostrar hasta dónde llega el esfuerzo que la barandilla está dispuesta a hacer para guardar las maneras y no asustar a la concurrencia.

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