Disculpas

Un capítulo oscuro de la historia de EE UU acaba de cerrarse honorablemente la semana pasada, cuando el Congreso aprobó una ley sobre el internamiento de estadounidenses de origen japonés en la II Guerra Mundial. En los primeros momentos de la guerra, los dirigentes militares y civiles de EE UU temían tanto el espionaje japonés y los posibles sabotajes que el presidente Roosevelt ordenó reagrupar a todas las personas de origen japonés y trasladarlas fuera de las ciudades y zonas rurales de la costa oriental. Muchos de los enviados a campos de internamiento pertenecían a familias que habían viv...

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Un capítulo oscuro de la historia de EE UU acaba de cerrarse honorablemente la semana pasada, cuando el Congreso aprobó una ley sobre el internamiento de estadounidenses de origen japonés en la II Guerra Mundial. En los primeros momentos de la guerra, los dirigentes militares y civiles de EE UU temían tanto el espionaje japonés y los posibles sabotajes que el presidente Roosevelt ordenó reagrupar a todas las personas de origen japonés y trasladarlas fuera de las ciudades y zonas rurales de la costa oriental. Muchos de los enviados a campos de internamiento pertenecían a familias que habían vivido en el país durante generaciones. Otros eran ciudadanos naturalizados o residentes legales. Ninguno fue acusado de ningún acto de deslealtad hacia EE UU, y algunos de los detenidos en los campos de Wyoming y Utah tenían familiares que combatían en el Ejército estadounidense en Europa. El proyecto de ley que se encuentra ahora en el despacho del presidente autoriza el pago de 20.000 dólares a cada uno de los 60.000 internados que todavía viven. Otorga fondos para que un programa educativo y de investigación compile y publique la historia completa de este episodio. El proyecto de ley también reconoce explícitamente que el programa de internamientos fue una "grave injusticia". Esto muestra que EE UU puede confesar sus errores, intentar indemnizar a los que suffieron y decidir públicamente que este tipo de injusticias no volverá a ocurrir. 8 de agosto

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