Sobre la policía
El ilustre e insigne escritor don Rafael Sánchez Ferlosio ha publicado en EL PAÍS (17 de julio) un artículo titulado Sobre la policía, en el que, independientemente de su fondo e intención, claramente expuestos en el mismo, cosa que no discutimos ni enjuiciamos, al referirse en forma generalizada a la policía, sin especificar ningún tipo determinado, cosa que engloba en tal mención a todos y cada uno de los individuos que la integran, los califica y conceptúa de forma inmerecida, los pone como castizamente diríamos "de oro y azul".Es bien curiosa la estrategia del señor Sánchez Ferlosio...
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El ilustre e insigne escritor don Rafael Sánchez Ferlosio ha publicado en EL PAÍS (17 de julio) un artículo titulado Sobre la policía, en el que, independientemente de su fondo e intención, claramente expuestos en el mismo, cosa que no discutimos ni enjuiciamos, al referirse en forma generalizada a la policía, sin especificar ningún tipo determinado, cosa que engloba en tal mención a todos y cada uno de los individuos que la integran, los califica y conceptúa de forma inmerecida, los pone como castizamente diríamos "de oro y azul".Es bien curiosa la estrategia del señor Sánchez Ferlosio: justifica su descalificación de un sector del poder ejecutivo actualmente en activo, comparándolo con toda una serie de instituciones supeditadas a este poder y a las cuales descalifica a su vez, para obtener por el procedimiento de comparación e identificación mutuas, la descalificación exclusiva perseguida.
Para justificar y alcanzar su objetivo esgrime algunas reflexiones y razonamientos propios. Pero no son las reflexiones ni los razonamientos propios o ajenos sobre las causas y los efectos que en nuestra sociedad ejercen la delincuencia y la criminalidad ni las consecuencias de la represión más o menos legal, más o menos ética, más o menos justificada de estos fenómenos, ni siquiera su afirmación de que su empleo ejerce efectos "criminógenos" (la palabreja no aparece en el diccionario, por lo menos, aplicada a la criminalidad), ni tampoco su cálculo sobre "el porcentaje de delincuencia común a añadir a las fuerzas y cuerpos de orden público como encubierto o disimulado por quienes, como ellos, tienen el monopolio de la información", juicio de valor que, por su gravedad, le ha obligado a no identificar al encubridor o disimulador, lo que ha motivado la presente réplica.
Si el señor Sánchez Ferlosio quiere hacer una estadística de los delitos comunes aparecidos en la Prensa y de los que son reos miembros de los cuerpos y fuerzas de orden público (no se puede pretender ni ocultar que sus componentes están sujetos a iguales debilidades que el resto de los humanos), que la haga en buena hora. No vamos a ser nosotros quienes se lo impidamos. Lo único que vamos a exigir es que la encuesta sea veraz, tal y como lo determina nuestra Constitución, si es que la publica. Y si hace otra encuesta, también veraz, de los delitos civiles y quiere cotejar ambas, nosotros se lo agradeceremos infinito.
Desconocemos el resultado, y por ello no podemos aventurar pronósticos de los que deducir conclusiones.
Esto es precisamente lo que censuramos al señor Sánchez Ferlosio: haber construido un artículo sobre la base de descalificar por igual a la policía y al Ejecutivo que la gobierna, como si no estuviese bien patente que de los errores del mando jamás se puede culpar a los subordinados, quienes muchas veces cumplen o ejecutan órdenes en abierta disconformidad con ellas y no tienen más remedio que hacerlo.-
Vicepresidente-coordinador del Sindicato Profesional de Policías Municipales de España y de la Asociación Profesional de los Funcionarios del Cuerpo de la Policía Municipal número 4, de ámbito nacional. Barcelona.