Cartas al director

Protagonistas del 68

La respuesta de Enrique Moral [EL PAÍS, 3 de junio] a mi carta del 1 de junio merece algunos comentarios aun arriesgándonos a seguir aburriendo a los lectores.En primer lugar, quiero asegurarle que el escrito firmado por mí no obedecía a ningún sentimiento de rencor, sino a un sincero interés en ofrecer una versión de los hechos lo más objetiva posible y contrarrestar el secuestro de aquel movimiento de rebeldía del 68 por parte de personas preocupadas únicamente por presentarse con una imagen histórica de jóvenes antiautoritarios, ajena a lo que eran entonces.

En segundo lugar, no pret...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La respuesta de Enrique Moral [EL PAÍS, 3 de junio] a mi carta del 1 de junio merece algunos comentarios aun arriesgándonos a seguir aburriendo a los lectores.En primer lugar, quiero asegurarle que el escrito firmado por mí no obedecía a ningún sentimiento de rencor, sino a un sincero interés en ofrecer una versión de los hechos lo más objetiva posible y contrarrestar el secuestro de aquel movimiento de rebeldía del 68 por parte de personas preocupadas únicamente por presentarse con una imagen histórica de jóvenes antiautoritarios, ajena a lo que eran entonces.

En segundo lugar, no pretendo erigirme en juez de nadie para darle o no patente democrática en función exclusivamente de mis ideas. Prueba de ello es que la carta publicada en EL PAÍS con mi firma también había sido discutida con otros compañeros que asistieron al recital de Raimon y que no comparten mi opción ideológica; por ejemplo, Marta Bizcarrondo, Luis Peris Mencheta e Isabel Villalonga. Ellos, y muchos más, si lo desea Enrique, podrían confirmar que su comportamiento fue en muchos casos beligerante contra las decisiones que adoptaban el movimiento estudiantil y el sindicato democrático incluso en el mismo año 68. Puede ser que no militara en el FES, pero no es casual que tenga que reconocer en su carta que guarda un "buen recuerdo" de quienes estaban en esa organización.

Por último, y entrando, por desgracia, en un terreno muy personal, no creo que haga falta presentar un viaje común a Valencia (de donde Enrique y yo somos originarios) como argumento a favor de su militancia activa en el movimiento. Se trataba de una ayuda por su parte (que agradecí) en un momento no tan arriesgado como afirma, puesto que no me encontraba bajo los efectos del decreto sobre "bandidaje y terrorismo".

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Así que es posible que Enrique se entusiasmara con Raimon, pero atribuirse un protagonismo en la organización y las vivencias de aquel acto es faltar a la veracidad histórica. También es respetable la opción que tomó Enrique entrando en el PSOE después del 68, pero debería reconocer que, al menos hasta entonces, difícilmente podía ser considerado como una persona de "conocido talante democrático".-

Archivado En