Cartas al director

¿A EL PAÍS no le gusta la zarzuela?

Soy lector habitual de su periódico y cuando, el pasado diciembre, Enrique Franco hizo una desabrida y durísima crítica de La antología de la zarzuela, pensé simplemente que a este distinguido especialista no le gustaba la zarzuela. Su texto no era lo que dice el diccionario -"juicio formado sobre una obra de literatura o arte"-, sino, en mi opinión, un desahogo poco elegante y nada objetivo acerca de una manifestación artística, a la que se despachaba como algo de ínfima valía y nulos méritos.Pero es que la historia se repite. Al estreno de Pan y toros envía EL PAÍS a un prestig...

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Soy lector habitual de su periódico y cuando, el pasado diciembre, Enrique Franco hizo una desabrida y durísima crítica de La antología de la zarzuela, pensé simplemente que a este distinguido especialista no le gustaba la zarzuela. Su texto no era lo que dice el diccionario -"juicio formado sobre una obra de literatura o arte"-, sino, en mi opinión, un desahogo poco elegante y nada objetivo acerca de una manifestación artística, a la que se despachaba como algo de ínfima valía y nulos méritos.Pero es que la historia se repite. Al estreno de Pan y toros envía EL PAÍS a un prestigioso intelectual e ilustre crítico teatral, don Eduardo Haro Tecglen. ¡Y al señor Haro tampoco le gusta la zarzuela!: le parecen carentes de interés sus textos y de poca calidad su música; le fastidia que esté "tocada como siempre, cantada como siempre"; y, no podía ser de otra manera, le sorprende ver que esta vieja afición "se mantiene firme".

A partir de esta "enmienda a la totalidad" se explica la crítica, negativa y displicente, de don Eduardo. ¿Es que no había nada, señor Haro -una voz

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una actuación, un decorado, una adaptación musical...-, digno de un mínimo elogio o de una cita nominativa y estimulante? Las decenas de nombres de relevantes profesionales que participan en el espectáculo se esfuman de la crónica, larga pero cargada de prejuicios, de su crítico teatral.

¿Será casualidad? El lector que suscribe sospecha que no. A uno le da el pálpito de que es a su periódico al que no le gusta la zarzuela, del mismo modo que a mí me desagradan el tono despectivo y el aire de seres superiores que, quizá erróneamente, creo advertir en los trabajos comentados. Y me parece desconsiderado, falsamente progresista y esnob el trato que su periódico dispensa a la zarzuela.-

Carlos Paramés Montenegro.

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