La 'brigada anticorrupción' de la policía no ha investigado el 'caso el Nani'

La llamada brigada anticorrupción de la policía no ha investigado la desaparición de Santiago Corella, según testificó ayer en el juicio del caso el Nani el subcomisario José García Fernández, jefe de dicha brigada. Esta sección policial fue creada por Interior en diciembre de 1985, cuando aparecieron indicios de actividades delictivas de algunos agentes; entre ellas, el caso el Nani. Uno de los procesados, el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, provocó un incidente cuando insultó a García Fernández al final de su declaración.

El subcomisario García dijo que su brigada "no ha sido ...

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La llamada brigada anticorrupción de la policía no ha investigado la desaparición de Santiago Corella, según testificó ayer en el juicio del caso el Nani el subcomisario José García Fernández, jefe de dicha brigada. Esta sección policial fue creada por Interior en diciembre de 1985, cuando aparecieron indicios de actividades delictivas de algunos agentes; entre ellas, el caso el Nani. Uno de los procesados, el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, provocó un incidente cuando insultó a García Fernández al final de su declaración.

El subcomisario García dijo que su brigada "no ha sido encargada" de dicha investigación y que realizaba todas sus actuaciones por orden del juzgado de instrucción número 4 de Santander. Este juzgado abrió diligencias a raíz de las declaraciones hechas ante su titular, Javier Cruzado, por el joyero santanderino Federico Venero, en diciembre de 1985. El joyero denunció entonces las conductas supuestamente delictivas de diversos agentes. Sus acusaciones permitieron que se reabriese el sumario por la desaparición de Corella, entonces archivado.Esas declaraciones de Venero dieron lugar a la creación por el entonces director general de la Policía, Rafael del Río, de la Brigada de Régimen Interior, conocida como anticorrupción. El subcomisario García Fernández aseguró ayer que la única investigación hecha por su sección sobre el caso el Nani partió de una conversación telefónica mantenida entre Venero y el inspector Miguel Ángel Bercianos, en la que se hacían referencias a Corella. Bercianos, que hoy está citado para declarar ante el tribunal, se encuentra procesado por la Audiencia de Santander por presunto tráfico de drogas.

García Fernández testificó que esas gestiones no dieron ningún resultado. También dijo que no recordaba manifestaciones que le hizo Venero y que obran en el sumario del caso, relativas a que algunos agentes de los ahora procesados comentaron que Corella estaba enterrado en cal viva en Vicálcaro.

El jefe de la brigada anticorrupción recalcó que recientes gestiones hechas por esta sección, entre ellas un viaje a la finca cordobesa de la familia del aristócrata Jaime Messía Figueroa, actualmente huido de la justicia española, no mantenían ninguna relación con el caso el Nani. Diversas declaraciones afirmaron en su día que Corella podría estar enterrado en esa finca.

La acusación de la causa, entre las 27 preguntas que ha remitido a la sala para su contestación por el ministro del Interior, José Barrionuevo, inquiere a éste "si se ha buscado algún dato objetivo y contrastado que pueda probar que Santiago Corella ha fallecido y, en caso afirmativo, explique la investigación que se ha realizado y el resultado de la misma"

El subcomisario García Fernández, tras finalizar su declaración, se dirigió a la presidencia de la sala para denunciar que el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, uno de los policías procesados, le había insultado cuando se retiraba. García Fernández, visiblemente nervioso, dijo a la Prensa que el procesado le llamó textualmente "hijo de puta". Uno le los letrados de la acusación aseguró que el tribunal remitió al subcomisario al juzgado de guardia para que denunciase los hechos.

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Previamente declaró el comisario Felisindo Plaza Gónez, que en noviembre de 1983 era jefe del grupo segundo de la Brigada Regional de Policía Judicial de Madrid. El comisario testificó que los monos o vestimentas de seguridad se utilizaban para "algún gitano que tuviera la ropa sucia o algún parásito".

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