Cartera Central seguirá incrementando su participación en el capital del Banco Central

Cartera Central, primer accionista del Banco Central y que seguirá siendo el principal poseedor de acciones cuando culmine el proceso de fusión iniciado por el Banesto y el Central, seguirá aumentando su participación accionarial en el banco presidido por Alfonso Escámez. Responsables de la sociedad formada por Construcciones y Contratas (Conycon) y el grupo KIO señalaron que "esperan que por fin se les reconozcan sus derechos como los mayores accionistas para participar en el nuevo proceso iniciado".

La posición de Cartera Central, afirman fuentes de la sociedad, "no ha variado respect...

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Cartera Central, primer accionista del Banco Central y que seguirá siendo el principal poseedor de acciones cuando culmine el proceso de fusión iniciado por el Banesto y el Central, seguirá aumentando su participación accionarial en el banco presidido por Alfonso Escámez. Responsables de la sociedad formada por Construcciones y Contratas (Conycon) y el grupo KIO señalaron que "esperan que por fin se les reconozcan sus derechos como los mayores accionistas para participar en el nuevo proceso iniciado".

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La posición de Cartera Central, afirman fuentes de la sociedad, "no ha variado respecto a la que teníamos antes de que se anunciara el proceso de fusión ni va a variar sustancialmente. Vamos a continuar con el paquete de acciones que tenemos y lo iremos incrementando en la medida en que consideremos que el precio de oferta y las condiciones generales lo hagan aconsejable". De hecho, Cartera Central, participada en un 51,2% por el grupo Construcciones y Contratas y en un 48,8% por el grupo KIO, sobrepasa ya el 13% del capital del Banco Central, lo que supone haber aumentado cerca de un 1% su participación desde que fue creada.Esta actitud de mantener, e incluso incrementar, su participación no representa en absoluto que estén conformes con cómo se han hecho las cosas y ni siquiera con que estén bien desde su óptica. Para los responsables de Cartera Central, la decisión adoptada por Alfonso Escámez y Mario Conde como presidentes del Banco Central y del Banesto, respectivamente -posteriormente aprobada por las comisiones ejecutivas de los dos bancos y anunciada a las autoridades económicas antes de que las aprobaran formalmente los consejos de administración respectivos-, ha supuesto "un auténtico desprecio hacia los accionistas que se concreta, entre otras cosas, en que al principal accionista no se le ha dejado participar en el proceso y ni siquiera se le ha informado antes".

Esta críticas, que se dirigen hacia el presidente del Banco Central, no dejan de salpicar, en cualquier caso, también al máximo responsable del Banesto. Fuentes del sector financiero señalan que Alberto Cortina y Alberto Alcocer, máximos responsables del grupo Construcciones y Contratas, no se han recatado al enjuiciar la postura de Conde, al que acusan de infidelidad. En este sentido se señala que "puede que la guerra no haya hecho más que empezar y que hasta ahora no se ha escrito más que un capítulo del libro y que quedan más por escribir".

De todas formas, lo que desde el primer accionista del Central, con más de un 13%, que seguirá siéndolo cuando se fusionen al tener en torno a un 7%, mientras que los segundos no llegarán a un 4%,, se pide ahora es que los nuevos responsables del primer banco privado nacional hagan lo mismo que exigieron ellos hace apenas medio año cuando con algo menos del 7% del capital del Banesto fueron nombrados vicepresidentes de la entidad, miembros de la comisión ejecutiva y posteriormente se hicieron con el control total de la gestión (al asumir la presidencia) y de los órganos de supervisión a través de cambios.

"No queremos el poder, señalaron fuentes de Cartera Central, como no lo hemos querido tampoco en el momento de nuestra entrada en el Central. Pero no vamos a renunciar a mantener la posición que como primeros accionistas nos corresponde y que debería reconocérsenos".

Dommento de intenciones

El proceso de fusión iniciado por los dos primeros bancos privados se limita por ahora, según reconocen los propios actores de la misma, a un documento de intenciones -previsiblemente irreversibles- en el que se señala que se tiende a la fusión que será instrumentada en los próximos días en un documento de bases para dicha fusión.

Los consejos de administración de los dos bancos no analizaron otro documento en su última reunión que el que se hizo público posteriormente y que no concreta nada cuáles son los objetivos finales del acuerdo alcanzado, ni cómo se va a llegar a ellos. Fuentes de estos consejos señalaron que "no hemos tenido acceso a los estudios que se hayan podido hacer para llegar al acuerdo", introduciendo una duda de que realmente existan esos estudios que no ha sido desvelada todavía.

Las declaraciones de algunos responsables de los dos bancos señalando que "algunas empresas [industriales] pueden fusionarse y otras no, pero que lo realmente importante es que todas pertenecerán a un mismo grupo industrial y se beneficiarán de una política industrial y de todas las ventajas de una actuación común y coordinada", unido a la falta de información sobre cómo se va a logar que los dos bancos tengan una posición similar de capital y de recursos propios que permita la unificación de las acciones de las dos entidades, no hacen sino incrementar las dudas en algunos medios financieros.

La decisión, señalan estas fuentes, parece haberse tomado con excesiva rapidez y sin tiempo como para haber concretado los pasos que se van a ir dando en los primeros momentos del proceso de fusión. "Y ello", continúan, "se contradice con las declaraciones más recientes de los dos presidentes de que sólo se iría a una fusión en el caso de que las decisiones estratégicas que adoptaran les llevaran a que el camino era la fusión".

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