Cartas al director

Ejercicio de la enseñanza

El pasado día 26 de abril, en la sección Cartas al Director, leí la de un arrepentido señor de Lérida (arrepentido por no haberse dedicado a la enseñanza, en vista del dilatado período vacacional del que disfrutamos los miembros de este colectivo) que me hizo pensar que o estaba mal informado o tenía muy mala sangre. Si ocurre lo primero, lo que debía haber hecho es quedarse quietecito, y no haber tomado la pluma; si es que tiene la sangre alterada o envenenada, convendría alejarse de él por miedo a ser contagiado.Lo que más me ha dolido como profesional de la enseñanza es lo que dice s...

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El pasado día 26 de abril, en la sección Cartas al Director, leí la de un arrepentido señor de Lérida (arrepentido por no haberse dedicado a la enseñanza, en vista del dilatado período vacacional del que disfrutamos los miembros de este colectivo) que me hizo pensar que o estaba mal informado o tenía muy mala sangre. Si ocurre lo primero, lo que debía haber hecho es quedarse quietecito, y no haber tomado la pluma; si es que tiene la sangre alterada o envenenada, convendría alejarse de él por miedo a ser contagiado.Lo que más me ha dolido como profesional de la enseñanza es lo que dice sobre las vacaciones, que según sus cuentas son de seis meses y pico. No, por favor. Un profesor tiene tres meses de vacaciones, dos en verano y uno repartido entre Semana Santa y Navidad. Este tiempo de vacaciones de un profesor español es equivalente, e incluso infenor, al establecido en otros países de Europa. Y aún diría más: en esos países ese período está repartido más racionalmente. Por otra parte, este tiempo de vacaciones no está fijado de una forma arbitraria, sino que responde a una serie de razones, creo yo que comprensibles para cualquier persona que no se deje llevar por la envidia, que desgraciadamente abunda bastante en nuestro país.

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La primera y principal se refiere al alumnado, que son niños y, como tales, tienen una capacidad de resistencia inferior a la de los adultos; la segunda es que el enseñante necesita un tiempo para recuperarse más dilatado debido a la fuerte tensión emocional que ha ido acumulando durante el curso (hay que tener en cuenta que un gran porcentaje de maestros acaba con problemas fisiológicos y psicológicos).

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No entro en otros aspectos censurables que figuran en la carta, para dar margen a que otros compañeros den cumplida respuesta a ellos.-

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