La Audiencia condena a un 'etarra' por intentar un asesinato, pero lo absuelve de la tenencia de armas

Francisco Javier Ferreras Chávarri, de 32 años, miembro de ETA entregado por Francia a la policía española el 8 de enero de 1987, fue condenado ayer por la Audiencia Nacional a seis años y un día de prisión por conspirar para asesinar a un policía nacional en San Sebastián. Ferreras fue absuelto, sin embargo, del depósito de las armas de guerra con las que se iba a cometer el asesinato. Un tercer delito del que también estaba acusado, utilización ilegítima de vehículo a motor, debido al tiempo transcurrido, ya ha prescrito.

Los hechos ocurrieron el 23 de mayo de 1979, cuando los m...

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Francisco Javier Ferreras Chávarri, de 32 años, miembro de ETA entregado por Francia a la policía española el 8 de enero de 1987, fue condenado ayer por la Audiencia Nacional a seis años y un día de prisión por conspirar para asesinar a un policía nacional en San Sebastián. Ferreras fue absuelto, sin embargo, del depósito de las armas de guerra con las que se iba a cometer el asesinato. Un tercer delito del que también estaba acusado, utilización ilegítima de vehículo a motor, debido al tiempo transcurrido, ya ha prescrito.

Los hechos ocurrieron el 23 de mayo de 1979, cuando los miembros de un comando de ETA, Juan Carlos Alberdi, José Ignacio Albistur y Encko Alegría, juzgados y condenados con anterioridad, en unión de Ferreras acudieron al pub Twikenham en un coche que habían robado a punta de pistola. Al establecimiento solía acudir para tomar el aperitivo un policía, al que los terroristas pensaban asesinar, pero ese día el bar estuvo cerrado y la policía detuvo a dos de ellos, a los que intervino una bolsa con armas.

El etarra, que en su traslado a Madrid sufrió un grave accidente de automóvil, alegó en su defensa que hasta las navidades de 1978-79 estuvo en Tenerife en el servicio militar y que después se incorporó a la Universidad Autónoma de Barcelona, ciudad en la que vivía. El tribunal, sin embargo, ha estimado que todo ello no desvirtúa la acusación, que es perfectamente compatible con los hechos que se le imputan.

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