Un acuerdo mimado

La tramitación parlamentaria de la derogación de la ley antiterrorista y la incorporación de muchos de sus preceptos a la legislación ordinaria, así como el clima de desánimo que ha creado en diversas fuerzas políticas el recrudecimiento de las acciones terroristas, hizo que el pacto contra la violencia suscrito por todas las fuerzas políticas pasara días atrás por momentos de suma debilidad. Las discrepancias no se han desvanecido totalmente, por lo que el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, reabrirá los próximos días la ronda de conversaciones con dirigentes de los partidos c...

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La tramitación parlamentaria de la derogación de la ley antiterrorista y la incorporación de muchos de sus preceptos a la legislación ordinaria, así como el clima de desánimo que ha creado en diversas fuerzas políticas el recrudecimiento de las acciones terroristas, hizo que el pacto contra la violencia suscrito por todas las fuerzas políticas pasara días atrás por momentos de suma debilidad. Las discrepancias no se han desvanecido totalmente, por lo que el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, reabrirá los próximos días la ronda de conversaciones con dirigentes de los partidos con representación parlamentaria, habida cuenta de la necesidad de mimar este pacto.Los primeros en alzar las voces críticas fueron los portavoces de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, y de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, que dieron el pacto por muerto hace dos semanas en el Congreso durante el debate sobre las leyes antiterroristas.

Los preceptos que se incorporan a la ley de Enjuiciamiento Criminal, y algunos de nuevo cuño, fueron los más controvertidos, por considerar estos portavoces que se vulneran principios constitucionales, como la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia. Ambos emplazaron al Gobierno en el Tribunal Constitucional.

Tan crítico como ellos fue el portavoz del Centro Democrático y Social (CDS), José Ramón Caso, aunque, después de las primeras tarascadas dialécticas, el político centrista tuvo una actitud menos beligerante. El cambio se produjo tras una conversación privada entre Caso y el ministro del Interior, José Barrionuevo, a instancias de este último. En el CDS -se reconoció que el titular de Interior le había pedido colaboración para sacar adelante esta ley.

La petición de colaboración gubernamental sin contrapartidas fue lo que irritó profunda mente al partido de Adolfo Suárez, que desde hacía días solicitaba, a través de intermediarios, mantener contactos con Txiki Benegas para cono cer cuál era el estado de las conversaciones con los etarras en Argel o si, como decía el Gobierno, desde el atentado de Zaragoza no había contactos.

Si no recibían información directa como meses atrás, el CDS estaba dispuesto a acudir a las vías oficiales y plantear iniciativas en este sentido en el Parlamento.

Una llamada telefónica del propio Benegas asegurándoles que si no les había llamado a consultas era porque no había materia para informar calmó los ánimos. Tras esa conversación, Benegas extrajo la conclusión de que el pacto se mantenía fuerte.

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Aun así, el Grupo Popular ha presentado una pregunta al Gobierno sobre el posible refuerzo de las medidas policiales . ante el recrudecimiento del terrorismo".

Sus portavoces aseguran que esta iniciativa no supone vulneración del pacto, ya que ellos siguen apoyando al Gobierno respecto a los posibles contactos argelinos, pero para los "que quieren seguir matando se requiere otro tratamiento", dijeron.

Una vez concluidas las vacaciones de Semana Santa, Txiki Benegas considera que se hace necesaria la reanudación de las conversaciones individualizadas con los representantes de todos los partidos para hablar de terrorismo y negociación.

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