FÚTBOL/ COPAS DE EUROPA

Despliegue policial para controlar a los 'ultrasur'

La Policía nacional y los guardias de seguridad contratados especialmente por el Real Madrid montaron un fuerte dispositivo de seguridad para controlar a los ultrasur. Los violentos hinchas del fondo fueron distribuidos en tres grupos y separados por otras tantas barreras de efectivos poficiales, cuyos miembros intervinieron poco antes de comenzar el partído para apagar las bengalas y botes de humo que los ultras sacaron a relucir.Apenas hubo mayores problemas durante el partido, aunque los jugadores y técnicos del Real Madrid tuvieron que abandonar en la madrugada de ayer el hotel dond...

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La Policía nacional y los guardias de seguridad contratados especialmente por el Real Madrid montaron un fuerte dispositivo de seguridad para controlar a los ultrasur. Los violentos hinchas del fondo fueron distribuidos en tres grupos y separados por otras tantas barreras de efectivos poficiales, cuyos miembros intervinieron poco antes de comenzar el partído para apagar las bengalas y botes de humo que los ultras sacaron a relucir.Apenas hubo mayores problemas durante el partido, aunque los jugadores y técnicos del Real Madrid tuvieron que abandonar en la madrugada de ayer el hotel donde se habían concentrado para preparar su partido frente al Bayern de Munich por una amenaza de bomba, que resultó falsa. Los jugadores madridistas decidieron entonces dormir en sus domicilios particulares y regresar al hotel a las 11 de la mañana de ayer. La amenaza de bomba se repitió ayer, a primeras hora de la tarde, tanto en el hotel del Madrid como en el del Bayern, y también fueron falsas.

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Por otra parte, una comisaría ambulante y 500 policías vigilaron anoche el exterior e interior del Bernabéu. Los 500 policías correspondieron a dos compañías de reserva, dos secciones de caballería y 10 patrullas de moto. La Policía también contó con 10 perros adiestrados, algunos para detectar explosivos.

Fuentes policiales señalaron que fueron detenidas tres personas que revendían entradas a precios de 50.000 y 60.000 pesetas, y que les fueron incautados un millón y medio de pesetas. Treinta y una cadena de televisión transmitieron el partido en directo, entre ellas las las de Túnez y Qatar. El triunfo madridista fue celebrado por centenares de seguidores en la plaza de la Cibeles.

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