Duras críticas a la Marina por la muerte de dos soldados que participaban en un rescate

Ciento treinta y tres personas, en su mayor parte familiares y amigos de los dos soldados de Marina, tripulantes de la patrullera Marola, desaparecidos en el naufragio del 15 de enero, en la costa cántabra, cuando participaban en la búsqueda de unos pescadores, remitieron ayer a los medios informativos un extenso escrito que contiene graves acusaciones a las autoridades de Marina por la irresponsabilidad en que, a juicio de los firmantes, incurrieron a la hora de decidir la intervención de una zodiac que, con grave riesgo para sus cuatro tripulantes, se acercó en un mar revue...

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Ciento treinta y tres personas, en su mayor parte familiares y amigos de los dos soldados de Marina, tripulantes de la patrullera Marola, desaparecidos en el naufragio del 15 de enero, en la costa cántabra, cuando participaban en la búsqueda de unos pescadores, remitieron ayer a los medios informativos un extenso escrito que contiene graves acusaciones a las autoridades de Marina por la irresponsabilidad en que, a juicio de los firmantes, incurrieron a la hora de decidir la intervención de una zodiac que, con grave riesgo para sus cuatro tripulantes, se acercó en un mar revuelto hasta la orilla, donde naufragó.El brigada contramaestre Ramiro Fidalgo, de 40 años, fue hallado muerto poco después del suceso, y dos de los marinos, Santiago Serna y José Bautista Ahedo, yacen todavía, presuntamente, en el fondo del Cantábrico. Solamente el soldado Pedro Sainz, de 21 años, que no sabía nadar, salvó su vida auxiliado por vecinos del pueblo de Ajo, uno de los cuales, Antonio Revuelta, de 52 años, murió al golpearse contra las rocas.

Los firmantes quieren "manifestar su repulsa e indignación por unos hechos que nunca debieron suceder. Más allá de cualquier interpretación de venganza", afirman, "pedimos justicia, y en esa justicia se incluye la dimisión inmediata de los responsables, para que no vuelvan a dar órdenes que pongan en peligro la vida de otros muchachos que como Santiago y Juan Bautista cumplen el servicio militar obligatorio".

"Nada más bello", manifiestan, "que dar la vida por los demás, pero se les envió para reconocer un montón de tablas de un barco hecho añicos. Se les envió a una muerte segura sin tener en cuenta el estado furioso del mar en el punto más peligroso del Cantábrico".

Los firmantes del alegato se preguntan cómo puede enviarse a una operación de rescate a unos jóvenes que cumplen su servicio militar y nunca antes han tenido contacto con el mar, que apenas sabían nadar y no han hecho ningún cursillo de rescate. "¿De qué nos defiende una Armada que no es capaz de velar siquiera por la seguridad de sus tripulantes?".

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