GENTE

Cecilio Fernández,

de 24 años, ganadero, vecino de Uznayo (Ayuntamiento de Polaciones, en Cantabria), puede que considere a estas alturas un error haber fijado para hoy, sábado, su boda en el monasterio de Santo Toribio, en las cercanías de Potes. Para acudir al encuentro de su novia, vecina del pueblo de Buyezo (Cabezón de Liébana, municipio casi contiguo al suyo), hubo de recorrer con nieve a la altura de la cintura unos tres kilómetros de distancia llevando consigo el traje de la ceremonia, conectó luego con un jeep que para saltar de su valle al de la novia, incomunicados ambos por el temporal, hubo d...

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de 24 años, ganadero, vecino de Uznayo (Ayuntamiento de Polaciones, en Cantabria), puede que considere a estas alturas un error haber fijado para hoy, sábado, su boda en el monasterio de Santo Toribio, en las cercanías de Potes. Para acudir al encuentro de su novia, vecina del pueblo de Buyezo (Cabezón de Liébana, municipio casi contiguo al suyo), hubo de recorrer con nieve a la altura de la cintura unos tres kilómetros de distancia llevando consigo el traje de la ceremonia, conectó luego con un jeep que para saltar de su valle al de la novia, incomunicados ambos por el temporal, hubo de recorrer casi un centenar de kilómetros. Sobre los callejos de Buyezo, a 745 metros de altitud, había ayer algo más de medio metro de nieve, lo que dificultaba la celebración de la boda.

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