Tribuna:

Adosado

Admito que la invención del chalé adosado sea anterior a octubre de 1982, pero es irrefutable que el auge de esa curiosa modalidad arquitectónica que nos rodea, que de nuevo amuralla la ciudad, es resultado de la llegada del PSOE al poder. Más todavía. Estoy convencido de que los planos del primer chalé adosado están firmados por un tipo con inequívoca inclinación de voto socialista. Hay edificios que no pueden ocultar su ideología y hay ideologías que provocan naturalmente una determinada clase de edificios. Y sostengo que el chalé adosado es la arquitectura emblemática del régimen socialista...

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Admito que la invención del chalé adosado sea anterior a octubre de 1982, pero es irrefutable que el auge de esa curiosa modalidad arquitectónica que nos rodea, que de nuevo amuralla la ciudad, es resultado de la llegada del PSOE al poder. Más todavía. Estoy convencido de que los planos del primer chalé adosado están firmados por un tipo con inequívoca inclinación de voto socialista. Hay edificios que no pueden ocultar su ideología y hay ideologías que provocan naturalmente una determinada clase de edificios. Y sostengo que el chalé adosado es la arquitectura emblemática del régimen socialista. De la misma manera que el piso-chalé fue producto de aquella titubeante ideología centrista de la transición, y el ostentoso chalé mediterráneo del especulador de barrios de mala muerte es el más delatador símbolo del franquismo.Yo no sé si en este quinquenio se han hecho muchas o pocas cosas, si el PSOE respetó o traicionó su ideario, si avanzamos por inercia, biológica o por sinergia ideológica. Sólo sé que han surgido los chalés adosados y que esa original filosofía arquitectónica es el mejor resumen de lo ocurrido- en este lustro socialista. No quedará la reconversión, la integración, la pacificación, la inflación, la modernización, la europeización, la traición. Quedarán los chalés adosados. Los egiptólogos del futuro, pasmados por las ruinas españolas de la tardomodernidad, especularán sobre esos muchachos que un día decidieron socializar el elitista lujo residencial. Hablarán de los inventores de ese singular habitáculo que, por un lado, resuelve democráticamente el reaccionario deseo de individualidad y al mismo tiempo no atenta contra las leyes de vecindad. Compararán el fronterizo tabique del chalé adosado con los techos o suelos del piso-chalé centrista. Y demostrarán, claro, que aquella singular arquitectura socialista no sólo fomentó la revolución horizontal, sino que detuvo la especulación vertical. Conclusión: el socialismo a la española no produjo un hombre nuevo, pero creó la familia adosada.

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